5 cosas en común entre ‘Inventando a Anna’ y ‘El estafador de Tinder’ de Netflix

Los estafadores están de moda en Netflix. ‘Inventando a Anna’ y ‘El estafador de Tinder’ han conquistado a los suscriptores posicionándose entre los contenidos más vistos alrededor del mundo al exponer dos personajes que abusaron de su simpatía para cometer delitos.

A principios de este mes, las hazañas de Simon Leviev estremecieron al mundo entero en ‘El Estafador de Tinder’. La película documental de Netflix presenta una crónica de las acciones de Leviev conforme se hace pasar por magnate, millonario y jet-setter, y quien conquistara a varias mujeres por internet para robarles millones de dólares.

Por otra parte, ‘Inventando a Anna’, es la miniserie que recién llegó a Netflix para contarnos la historia real basada en el famoso artículo de Jessica Pressler publicado en The Cut. La historia sigue a una periodista que está investigando el caso de Anna Delvey, la heredera legendaria de Instagram que se robó los corazones y el dinero de la élite neoyorquina.

Aunque estas historias sean totalmente diferentes, sus caminos tienen varias similitudes interesantes que detallamos gracias a la información compartida por Netflix que te dará una nueva perspectiva de ambas producciones.

1. Riquezas inexistentes

Tanto Anna como Simon le pusieron estilo a sus fraudes con la ayuda de títulos notables aunque completamente inventados. Simon se presentaba como el hijo del multimillonario Lev Leviev, magnate de la industria de los diamantes que, si bien es una persona real, sus lazos sanguíneos con Simon –cuyo nombre verdadero es Shimon Hayutar– no lo son.

Anna, por otro lado, también fingió ser de la nobleza, pero una adinerada heredera alemana respaldada por un gran fideicomiso. Sin embargo, al igual que su apellido, el título y el fideicomiso eran falsos; el nombre verdadero de Anna es Anna Sorokin.

2. Fashion victims

Si vas a cometer una estafa para robar millones, más vale que te vistas adecuadamente para el papel. Para completar sus identidades embaucadoras y engañar a sus víctimas, Anna y Simon usaban ropa lujosa de diseñadores como Gucci, Celine y Prada.

3. Fraudes de distintas latitudes

De Grecia a Marruecos, Anna y Simon construyeron una fachada extravagante para un estilo de vida que incluía viajes con todos los lujos por todo el mundo. La evidencia quedó más que plasmada en todas las publicaciones que hicieron en sus respectivas redes sociales como Instagram.

4. De los lujos a las calles

Conforme se iban desenredando los detalles de sus crímenes, muy pronto Anna y Simon se encontraron viviendo en las calles. Ambos estafadores terminaron comiendo las sobras de alguien más: Anna en el metro y Simon en el centro comercial.

5. Arrestos polémicos

Aunque hayan vivido una gran vida durante un breve tiempo, Anna y Simon fueron arrestados y acusados por sus delitos. Hay quien piensa que no se les aplicó todo el peso de la ley (Simon vive en libertad en Israel y Anna cumplió su sentencia en 2021 y está en proceso de ser deportada a Alemania), pero ambos pagaron con sentencias.

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