Culiacán, Sinaloa (Café Negro Portal).– Los recientes hechos de violencia han afectado gravemente al transporte público en Culiacán, ya que el pasaje nocturno ha caído hasta un 80% en comparación con años anteriores. Muchos usuarios han decidido evitar salir por la noche debido al temor de ser víctimas de la delincuencia.
Joel Camacho González, presidente de la Federación de Autotransportes del Estado, reconoció que aunque en las últimas semanas se había notado una leve recuperación en la afluencia, los recientes hechos violentos en distintos puntos de la ciudad han reavivado el temor de la población.
“Hace unos días iba mejorando todo, pero de repente, dos o tres semanas para acá se volvió a encender la mecha de la violencia y eso afecta. La gente tiene miedo, apenas nos vamos recuperando cuando vuelve otra ola de violencia”, lamentó Camacho González.
Actualmente, los camiones circulan hasta las 9 de la noche, pero después de las 8 la demanda es mínima. “En las noches nada más se oscurece y la gente se tira a matar para su casa”, explicó el dirigente de transportistas.
Por su parte, José Guadalupe Quintero Vega, presidente de la Alianza de Minibuses Blancos en Culiacán, señaló que la crisis ha hecho inviables las vueltas nocturnas.
“En mi camión, el Nuevo Culiacán número 20, a las 8:45 de la noche apenas subieron 10 personas en todo el recorrido. Con 10 boletos vendes 120 pesos, pero entre diésel, chofer y mantenimiento terminas poniendo dinero”, detalló.
Antes de la crisis, una vuelta nocturna podía vender entre 50 y 60 boletos, lo que la hacía rentable; hoy apenas se logra un 15% de ese aforo. “Antes hasta peleaban por hacer la vuelta de la noche, ahora es una pérdida segura”, subrayó.
Quintero Vega también indicó que los concesionarios se apoyan entre sí para cubrir rutas de bajo aforo, como la de 21 de Marzo, una de las más afectadas.
Aunque la Dirección de Vialidad y Transporte mantiene comunicación constante con los transportistas, el problema de fondo sigue siendo la falta de confianza de la ciudadanía para salir después del anochecer.
“El servicio lo estamos dando, los camiones circulan. El problema es que la gente ya no sale. Después de las ocho, la ciudad se queda vacía”, concluyó.