El Tribunal Superior de Justicia del Reino Unido abrió la puerta a la extradición de Julian Assange a Estados Unidos al anular el fallo de un tribunal menor que consideraba que la salud mental del fundador de WikiLeaks era demasiado frágil para soportar el sistema judicial estadounidense.
El Tribunal determinó que las garantías estadounidenses eran suficientes para asegurar que Assange recibirá un trato humano y ordenó a una juez de primera instancia que enviase el pedido de extradición a la Secretaría de Interior para su revisión. El departamento, que supervisa la aplicación de la ley en Gran Bretaña, tendrá la decisión final sobre el traslado.
“No hay ningún motivo por el que este tribunal no deba aceptar las garantías que dicen que tendrá”, señaló el fallo de la corte. “No hay base alguna para suponer que Estados Unidos no ha dado las garantías de buena fe”.
La prometida de Assange, Stella Moris, calificó la decisión de “grave error judicial” y dijo que sus abogados presentarán un recurso “a la mayor brevedad posible”.
Assange, de 50 años, está retenido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, en Londres. Sus partidarios se congregaron en el exterior de tribunal el viernes con pancartas que pedían su liberación.
A principios de año, una juez de primera instancia rechazó el pedido de Estados Unidos para extraditar a Assange por cargos de espionaje derivados de la publicación de documentos militares secretos en WikiLeaks hace una década. La magistrada de distrito Vanessa Baraitser alegó motivos de salud y señaló que era probable que Assange se suicidase si entraba en el duro sistema carcelario estadounidense.
Estados Unidos presentó un recurso desafiando la noción de que la salud mental de Assange lo hacía demasiado vulnerable para resistir un juicio en el país. El abogado James Lewis dijo que el fundador de WikiLeaks “no tiene un historial de enfermedades mentales graves y duraderas” y no llega al umbral que determinaría que no puede resistirse a autoinfligirse daño.
La fiscalía estadounidense acusó a Assange de 17 casos de espionaje y de uno de uso indebido de computadoras por la publicación de miles de documentos militares y diplomáticos filtrados a través de WikiLeaks. Los delitos acarrean una pena máxima de 175 años de cárcel, aunque Lewis afirmó que “la sentencia más larga impuesta nunca por este delito es de 63 meses”.