Aunque estaba herida por su propio nieto, la abuela de Salvador Ramos, el joven de 18 años que el martes irrumpió en una primaria en Texas, y mató a 19 niños y dos maestras, intentó impedir la masacre.
Eduardo Trinidad, familiar de “Doña Ceci”, como conocen todos a la abuela de Ramos, contó a Univision que cuando ella vio a su nieto que intentaba salir “con todas las armas, trató de pararlo”. Fue entonces cuando “él se volteó y le comenzó a disparar”.
Según su recuento, fueron “ocho o nueve balazos” los que recibió “Doña Ceci”. Aun así, aterrada de pensar lo que su nieto podría hacer con las armas que traía, la mujer “se levantó como pudo y le gritó a los vecinos que le hablaran a la policía”.
Sin embargo, Ramos logró escapar y tras estampar su vehículo frente a la escuela, irrumpió en ella, se atrincheró en un salón y perpetró la masacre.
De acuerdo con medios, el joven compró dos rifles de plataforma AR en dos fechas distintas: el 17 de mayo y el 20 de mayo. Uno de los rifles fue hallado en el vehículo de Ramos. El otro, en la escuela, con el sospechoso.
El 18 de mayo, Salvador Ramos compró además 375 rondas de municiones 5.56. Al parecer, el sospechoso dejó caer una mochila con varios cargadores llenos de munición cerca de la entrada de la escuela. Dentro de la escuela, se descubrieron lo que parecen ser siete cargadores de 30 balas.
La abuela de Ramos fue trasladada al hospital, donde se reportaba como grave. Este miércoles estaba siendo intervenida.
(Con información de El Universal)