La empresa farmacéutica estadounidense Merck & Co, que opera en el resto del mundo como Merck Sharp & Dohme, o MSD, solicitó la autorización de emergencia por parte de los reguladores estadounidenses de su pastilla contra COVID-19.
MSD y Ridgeback Biotherapeutics, que desarrollaron el medicamento, indicaron en una nota de prensa que presentarán peticiones similares en el otros países “en los próximos meses”.
La solicitud de uso de emergencia de su pastilla contra COVID-19 a la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA) de EE.UU. se produce diez días después de que la farmacéutica anunciara que un análisis interino del uso del compuesto Molnupiravir había mostrado una reducción de alrededor de 50 por ciento en el riesgo de hospitalización o muerte entre pacientes con esta enfermedad.
“El extraordinario impacto de esta pandemia demanda que nos movamos con una urgencia sin precedentes”, señaló el presidente la compañía, Robert Davis.
De ser aprobada por la FDA, sería el primer tratamiento oral para combatir el COVID-19, y sería especialmente útil en los países de bajos ingresos donde el ritmo de vacunación es todavía muy bajo.
La farmacéutica indicó que el estudio clínico sobre el uso del compuesto Molnupiravir mostró que 7.3 por ciento de los pacientes que recibieron el medicamento fueron hospitalizados dentro de los 29 días siguientes, mientras que el 14.1 por ciento de los pacientes que recibieron un placebo, fueron hospitalizados o murieron.
No hubo muertes entre los pacientes que recibieron Molnupiravir, en tanto que murieron ocho pacientes del grupo que recibió un placebo.
El informe señaló, además, que todos los participantes no habían recibido vacunas contra COVID-19 y tenían al menos una condición subyacente que les ponía en riesgo mayor de desarrollar un caso más grave de la enfermedad.
(Con información de López Dóriga Digital)