Le roban su vehículo en plaza Ceiba y espera que lo indemnicen

Culiacán, Sinaloa (Café Negro Portal).-  Gabriel, un especialista de la salud, argentino de nacimiento, pero sinaloense de corazón, se considera una víctima doble: de la delincuencia y la prepotencia.

Por un lado, el pasado 22 de septiembre de 2023 un ladrón con una llave maestra se apoderó de su Nissan Sentra modelo 2019 en menos de un minuto, cuando lo dejó aparentemente resguardado en el estacionamiento de Plaza Ceiba para ingresar al gimnasio de la misma, como regularmente hace por las mañanas.

Pero, por otro, fue víctima de la prepotencia de los directivos de la plaza, ya que a pesar de que existe un resolutivo que obliga al centro comercial a pagar el seguro y los gastos legales derivados del robo, hasta la fecha se niegan a hacerlo.

En entrevista para Café Negro, Gabriel narró cómo se suscitó el sofisticado robo de la unidad.

“El vehículo estaba estacionado en Plaza Ceiba, en el estacionamiento Palos Verdes”, inició con la historia de su caso.

“Normalmente yo voy todos los días a las seis de la mañana al gimnasio de ahí de la plaza. Ese día llegué a la plaza a las 6:22 horas, bajé del vehículo y me metí al gimnasio. Cuando salí del gimnasio, casi a las 8 de la mañana, ya el vehículo no estaba, y había otro auto en mi lugar”, continuó.

En el momento Gabriel pensó que tal vez se había confundido y había dejado su auto en otro cajón, e intentó ubicarlo presionando la alarma del control, pero fui inútil, ya no lo encontró.

“Yo con la llave le picaba y le picaba para hacer sonar la alarma y no sonaba. Fue entonces que dije: me robaron mi carro”, relató.

Visiblemente angustiado, luego de eso buscó al personal de seguridad de la plaza para notificar el robo, quien aparentemente inició un breve operativo de inspección en el estacionamiento.

A la par, Gabriel marcó al 911 para levantar el reporte del robo del automóvil que todavía estaba pagando.

Acto seguido, al sitio acudieron agentes de la Unidad Especializada para la Prevención del Robo de Vehículos, quienes en conjunto con el jefe de seguridad de Plaza Ceiba revisaron las cámaras del estacionamiento.

Lo que captó uno de los dispositivos de seguridad llamó la atención de todos.

“A las 6:30 horas, un joven con un casco en la cabeza le pica el botón a una llave y se encienden las luces del carro, se sube y se lo lleva como si nada”, dijo exaltado.

Gabriel agregó que, de acuerdo con la explicación de los agentes de la Fiscalía, el ladrón utilizó una “llave inteligente”, un nuevo método de robo originado en los Estados Unidos que consiste en programar una llave, vulnerando el sistema de alarma del automóvil de la víctima.

“Con esas llaves, si acaso duran 10 minutos en “desencriptar” el código del vehículo para poder abrirlo sin ningún problema, como si fuera la llave original. Es un modo nuevo que están haciendo, pero ya llegó aquí a Culiacán”, explicó.

A partir de ese día comenzó el calvario de las vueltas al Ministerio Público, las declaraciones, las investigaciones y la defensa para demostrar que no fue un auto robo, hasta que las autoridades cerraron el caso: el auto fue genuinamente robado.

El banco también realizó su propia investigación, y cuatro meses después le pagó a Gabriel un deducible del auto por el robo, no sin antes descontar el saldo del adeudo que mantenía.

Por su parte, la administración de Plaza Ceiba, que en principio había mostrado cierta disposición para responder a través del seguro del estacionamiento, finalmente dio un paso atrás, a pesar de que el ajustador de su seguro dictaminó que procedía el pago de daños a la víctima.

“Ahora resulta que los dueños, socios o responsables de Plaza Ceiba no quieren pagar, bajo el argumento de que el seguro del automóvil ya me pagó el deducible que me correspondía. Ellos dicen que no quieren enriquecerme otra vez”, detalló.

Pero no se trata de enriquecer, se trata de pagar los daños provocados por responsabilidad civil, insiste Gabriel, quien se dice ofendido, ya que además de enfrentar el agravio del robo, por parte de la delincuencia, el proceso de la denuncia fue largo y tortuoso.

Por si fuera poco, a pesar de los dictámenes a su favor, se enfrenta a un corporativo gigante, como lo es Plaza Ceiba, que le apuesta a que desista de cobrar lo que por ley le corresponde.

De acuerdo con su abogado, Gabriel sostiene que se puede proceder legalmente contra la plaza; sin embargo, no existe un precedente de un juicio así, además que sería incosteable financieramente, ya que la querella puede ser larga y muy costosa.

“Me siento desesperado, porque lo único que deseo es recuperar un poco de lo que perdí, ni siquiera me alcanza para un carro con lo que me pagó el seguro. Pero como los de la plaza saben que no puedo hacer nada, se niegan a asumir su responsabilidad”, puntualizó.

El caso de Gabriel pone en evidencia la serie de retos y situaciones burocráticas a las que se enfrenta una víctima de robo de vehículo, un robo que duró apenas unos cuantos minutos.