El mal uso indiscriminado del agua por la actividad primaria en Sinaloa es la razón de la sequía que hoy se vive. Ante la llegada de precipitaciones, las personas se olvidarán del desecamiento severo por el que está atravesando el estado y regresarán a las malas prácticas, como desperdiciar y tirar agua, consideró César Romero Higareda.
El profesor investigador de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa, explicó que el 2023 fue un año muy seco, donde la presencia del “niño” y los sistemas de alta presión redujeron las lluvias.
“Por primera vez, por lo menos yo no lo había visto en sesenta años de registro, los once ríos del estado de Sinaloa estaban secos, se acabaron el agua sin saber que iba a ocurrir este año”, señaló.
La sequía severa del estado inducida, dijo, por la toma de decisiones equivocadas llevó a hacer un mal uso de un recurso limitado como es el agua, recordando que el ciclón Norma trajo, aunque poca captación de agua, las presas lograron alcanzar poco menos de la mitad de sus niveles de conservación.
Aclaró que la sequía no fue una cuestión natural, al explicar que se tienen años que llueve mucho y otros poco, una variación que no toman en cuenta y abusan del recurso que es escaso y el resultado es lo que hoy se vive, una sequía bastante severa.
Para este año, que está la transición del “niño” a la “niña”, la cual en este momento se encuentra en una fase neutra con su presencia, tiende a disminuir el efecto de alta presión y con ella la cuestión del agua, sin embargo, ocurrirá lo mismo.
En ese sentido, exhortó a los tomadores de decisiones no exigir más al ecosistema de lo que puede dar, además de que sean un poco más conservadores, porque este recurso se agota.
“Mientras siga esta cuestión de no tener en cuenta lo que ha ocurrido siempre, la sequía va a volver a pasar; aquí en el noroeste de México no es por una cuestión natural, sino del abuso de un recurso que es limitado”, señaló.
Recordó que, aunque se presente la “niña”, esta solo representa el 35 por ciento de un total de la variación, según datos de la Comisión Nacional del Agua y la NOA para Sinaloa, por lo que se debe tomar en cuenta para la región que esta es una cuestión multifactorial como el Monzón, las altas presiones, entre otros factores.
A manera de dato, citó que en 1970 había una población de 120 a 150 mil personas, hoy se tiene más de un millón de habitantes; el recurso que es de por sí limitado y los sistemas de riego son obsoletos, afectando con esto los ecosistemas que llevan la peor parte.