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Jaqueline Malinalli Gálvez, hermana de la ex candidata presidencial Xóchitl Gálvez, ha sido sentenciada a 89 años de prisión por secuestro y delincuencia organizada.
La resolución fue emitida por un juez de distrito en materia penal, tras un proceso judicial que se prolongó por más de una década. Jaqueline fue detenida en 2012 y desde entonces permaneció en el penal de Santa Martha Acatitla. La sentencia responde a su participación en el secuestro de Marcela Patricia Flores Domínguez y Rodolfo Morales Hernández, ocurrido el 22 de mayo de ese año.
Durante su campaña presidencial en 2024, Xóchitl Gálvez abordó públicamente el caso de su hermana. En un encuentro con estudiantes del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), declaró:
“Mi hermana tiene 12 años y no tiene sentencia. No sé si es culpable o si es inocente. Ella dice que es inocente, yo le creo porque es mi hermana, pero será un juez el que determine si es culpable, y si es culpable, lo va a pagar, de eso tengan la certeza.”
Gálvez enfatizó que, a pesar de su posición política, nunca utilizó su cargo para buscar impunidad para su hermana, subrayando su respeto por el proceso judicial. Además, durante los debates presidenciales, mantuvo una postura firme sobre la importancia de que quienes cometen delitos enfrenten las consecuencias legales correspondientes, siempre respetando los derechos humanos.
La noticia de la condena ha generado diversas reacciones en la opinión pública, debido a la relación familiar con una figura política destacada y la gravedad de los delitos imputados. Mientras algunos consideran la sentencia como un ejemplo de la imparcialidad de la justicia, otros cuestionan si existieron influencias políticas en el proceso.
Este caso no solo afecta a la familia Gálvez, sino que también plantea interrogantes sobre el impacto de las relaciones personales en la percepción pública de figuras políticas y la administración de justicia en México.
