¡Pobrecito! ¡Ya déjenlo en paz!

Café Amargo

Irene Medrano Villanueva

Dice el dicho que el que se lleva se aguanta… y la señora presidente, perdón, con a, como le gusta a la mandataria, no aguantó la carrilla que dice le están aplicando a su jefe, pero se le olvida que esa carrilla López Obrador la puso de moda.

Ahora Claudia Sheinbaum Pardo, muy modosita pide, implora, que no se lo toquen ni con el pétalo de una rosa, que no se lo critiquen, olvidándose del proverbio “con la misma medida con que juzgáis, seréis juzgados, y con la misma medida con que midas serás medido”.

La presidente pidió “ya déjenlo en paz” durante su Mañanera, al referirse al rancho donde un grupo de familiares que busca a sus seres queridos, encontraron varios hornos crematorios y enseres personales, lo que provocó indignación en la población, muchos, descalificando a Andrés Manuel López Obrador, a quien no lo bajan de “narcopresidente”.

“Me estoy refiriendo a este caso en particular, que hablan de que quién sabe cuanta cosa hay en el predio, a partir de una fotografía y de algunos testimonios. Ah, pero ya todos, ayer vi que ‘narcopresidente AMLO’, ya déjenlo en paz, otra vez contra el presidente López Obrador, cuando además, ahí, quien tenía resguardado el predio era la Fiscalía estatal, pero más allá de eso, espérense a la información”, dijo en Palacio Nacional.

Quién no recuerda que López Obrador no dejaba títere con cabeza, en cada Mañanera su deporte favorito era insultar, denostar, calumniar, ofender, difamar, etc, etc., a quien osara criticarlo, pero a los delincuentes los trataba con respeto, los llamaba señores, porque a decir de él, también son seres humanos. ¿Y los que no comulgaban con sus ideas que eran?

En cada Mañanera tenía un “Punching Ball”, diferente, a veces, le tocaba al ex presidente Felipe Calderón, otras veces a la ministra Norma Piña, entre otros muchos que le servían de esparrin, al único que no tocó fue al ex presidente Peña –como él lo llamaba-, ¿Por qué sería?

“No tengo nada en contra, yo no odio a nadie”, solía decir AMLO -que tal si anidara esos sentimientos en su corazón-, llamaba a Calderón y a Fox, hipócritas e insinuaba que Calderón estaba involucrado en el narcotráfico durante el caso de García Luna.

Lo curioso es que Calderón se la pasa viajando por Europa y Estados Unidos dando conferencias y de López Obrador no se sabe nada, incluso, en las redes sociales se dice, se comenta que no puede ir al vecino país del norte porque lo detienen.

En su última Mañanea López Obrador aseguró que en el sexenio de Calderón hubo un aumento en el índice de letalidad en los enfrentamientos entre presuntos criminales y las Fuerzas Armadas, insinuando una escalada de violencia durante su administración.

Sin embargo, de acuerdo con el INEGI, el sexenio de AMLO terminó con cerca de 200 mil asesinatos, la cifra más alta en la historia reciente.

En el gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) los asesinatos fueron 120 mil 463; con el presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) sumaron 156 mil 066.

Es decir, con el hombre más odiado y más vilipendiado por AMLO, hubo cerca de 80 mil muertos menos que en el sexenio de Andrés Manuel.

Respecto a los desaparecidos con los ex presidentes Felipe Calderón (2006-2012), 17 mil 210 y con Enrique Peña Nieto (2012-2018), 35 mil 305; AMLO cerró su sexenio con más de 72 mil 100 cuerpos sin identificar, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas.

López Obrador nunca quiso escuchar a las madres buscadoras, al contrario, las denigró, las tildó de politiqueras y grillas, pero eso sí, a la madre de “El Chapo” Guzmán la trató con deferencia: “te saludo, no te bajes. Ya recibí tu carta”, le dijo el mandatario durante su interacción en Badiraguato.

Quizá por todo ello, a AMLO en las redes sociales no lo bajan de “narcopresidente”, mote que lastima a la presidente y les pide a los mexicanos que ya le bajen.