La joya fue concebida en colaboración entre Kelce y la artista joyera Kindred Lubeck, creadora de la firma Artifez Fine Jewelry, reconocida por su enfoque artesanal, empleo exclusivo de piedras naturales y estilo vintage. El anillo incluye un diamante antiguo de aproximadamente ocho quilates, tallado manualmente en forma de cojín alargado, con bordes redondeados y facetas gruesas. Esta talla, conocida como Old Mine Brilliant Cut, fue muy popular en los siglos XVIII y XIX, especialmente durante las épocas georgiana y victoriana.
La piedra central posee color F y claridad VS1, lo que la sitúa en una categoría de gran pureza y luminosidad. Está montada en oro amarillo de 18 quilates, con puntas tipo needle-point que refuerzan su carácter clásico. Los laterales del engaste presentan pequeños diamantes y grabados realizados a mano, lo que agrega textura y profundidad al diseño. La pieza también integra un bisel discreto y un botón trasero que equilibra la estructura sin alterar la estética frontal.
Especialistas en joyería como Stephanie Gottlieb y Benjamin Khordipour han estimado el precio del anillo en alrededor de 550,000 dólares, aunque piezas semejantes pueden alcanzar valores entre 400,000 y 800,000 dólares según la antigüedad, calidad de la gema y complejidad del diseño. Este tipo de diamantes antiguos, con su particular “ventana cálida” y patrones de facetas similares a un tablero de ajedrez, son altamente apreciados por coleccionistas y diseñadores debido a su carácter irrepetible.
Artifez Fine Jewelry, la firma responsable de la joya, ha trabajado con figuras del ámbito musical, cinematográfico y deportivo, aunque conserva un perfil reservado. Su fundadora, Kindred Lubeck, es orfebre, grabadora y coleccionista de piezas vintage. La marca ha lanzado colecciones como “The Vault”, que incluyen gemas poco comunes y diseños inspirados en obras históricas. Aunque no está confirmado si Swift o Kelce habían colaborado anteriormente con Artifez, la empresa publicó una referencia directa a la cantante en su página web el mismo día del anuncio, lo que insinúa una conexión creativa más profunda.
El compromiso fue acompañado por un reloj Cartier Santos Demoiselle, también decorado con diamantes y correa de oro, que refuerza el aire clásico y sofisticado de la ocasión. La elección de un diseño vintage refleja no solo el gusto refinado de la pareja, sino también una narrativa que une tradición romántica con estética contemporánea.
La propuesta, cuidadosamente preparada y cargada de simbolismo, marca un nuevo capítulo en la historia que comenzó en 2023, cuando Kelce asistió a uno de los conciertos de Swift y quedó “hipnotizado” por su presencia. Desde entonces, ambos han compartido momentos públicos y privados que han capturado la atención de admiradores y medios. Con este anillo, Swift y Kelce no solo celebran su unión, sino también una historia que fusiona música, deporte y arte en una sola joya.