Estudiantes normalistas provenientes de todo México se dieron cita en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa para conmemorar el décimo aniversario de la desaparición de los 43 jóvenes de dicha institución junto a los familiares.
“Este gobierno que no ha dado ni una solución a lo largo de una década, gobierno fascista que solo se encarga de reprimir a los estudiantes (…) Ayotzinapa significa resistencia para muchos, resistencia a las injusticias, a la impunidad y a la corrupción”, afirmó uno de los portavoces de los estudiantes.
La Raúl Isidro Burgos, como se llama la escuela rural a la que pertenecían los 43 estudiantes que en 2014 desaparecieron en violentas circunstancias, amaneció el domingo con más ornamentos y conmemoraciones de las habituales con motivo de la celebración de las “jornadas combativas” de protesta y recuerdo por los eventos ocurridos hace una década.
Allí se desplazaron representaciones de las 17 escuelas rurales normales que existen en el país convocadas por la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, un colectivo que representa a estas instituciones educativas.
Una a una desfilaron las delegaciones de las distintas escuelas ante el resto de sus compañeros congregados en la plaza principal de Ayotzinapa en férrea disciplina, y allí permanecieron durante horas, sin importar el intenso sol y la posterior lluvia.
La indignación fueron las notas protagonistas en las proclamas que lanzaron los estudiantes durante la mañana, con especial dureza hacia el expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) y al que se le atribuyeron responsabilidades en el incierto destino de los 43.
Tampoco se libró de las acusaciones su sucesor, el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien fue criticado por “traicionar” a las familias de los desaparecidos y abandonar las investigaciones del suceso con tal de encubrir el supuesto rol que el Ejército habría tenido.
Represión policial y amenaza del crimen organizado
Los reproches a las autoridades fueron continuos entre los jóvenes que tomaron el micrófono para dirigirse a la multitud, especialmente fuerte fue la denuncia de la represión que los cuerpos policiales y militares llevan, según dijeron, contra los estudiantes normalistas en un estado como Guerrero donde el crimen organizado tiene una gran relevancia.
Ante la mirada de algunos de los familiares de los desaparecidos, que portaban lonas con el rostro de sus hijos, los normalistas clamaron contra el comportamiento de algunos mandatarios estatales y nacionales, que supuestamente habrían intentado comprar el silencio de padres y madres y el fin de las protestas a cambio de dinero.
“Esas 43 familias con corazones vacíos, esos corazones no se pueden llenar con miles de pesos, solo pueden ser llenados con la aparición con vida de nuestros 43 compañeros”, exclamó una joven integrante de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas.
También la prensa fue blanco de las críticas en los discursos, con acusaciones de amarillismo y de querer “criminalizar” al colectivo siguiendo las directrices de los distintos gobiernos federales, por lo que muchos de los estudiantes decidieron hablar con la cara tapada, para no ser identificados.
No menos importante fue la rabia expresada por la muerte de Yanqui Kothan Gómez, normalista asesinado a tiros por un policía el pasado 7 de marzo en carreteras guerrerenses en el marco de unas protestas del colectivo.
Tras concluir el acto, que cerró con la entonación del himno ‘Venceremos’, estudiantes y familiares se prepararon para ponerse en marcha hacia Ciudad de México, donde a partir de mañana lunes realizaran actos de protesta para continuar con las actividades del décimo aniversario.
Con información de EFE