Los equipos de rescate comenzaron el viernes la última fase, muy delicada y arriesgada, de perforación para intentar sacar con vida a un niño de cinco años que cayó en un profundo pozo en un pueblo de Marruecos, una operación que tiene en vilo al país.
Rayan cayó accidentalmente el martes en un pozo seco, estrecho y de difícil acceso, excavado a proximidad de la casa familiar, en la aldea de Ighrane, cerca de la ciudad de Bab Berred, en la provincia de Chefchaouen (norte).
Los rescatistas llevaron oxígeno y agua al fondo del estrecho pozo, lo que sugiere que Rayan aún está vivo, según los medios locales.
La operación de rescate entró en una fase decisiva con el inicio de la perforación de un túnel horizontal de tres metros para llegar al niño, según las autoridades locales.
Horas antes, unas máquinas desplegadas despejaron el terreno alrededor del pozo de 32 metros de profundidad, según había constatado la AFP.
Al mismo tiempo, habían estabilizado el terreno circundante para poder excavar un túnel horizontal de tres metros para sacar al menor, evitando poner en peligro a los socorristas.
Estas operaciones, muy lentas, son extremadamente complejas debido al riesgo de desprendimientos por la naturaleza del suelo, ya que algunas capas son arenosas y otras rocosas.
Ingenieros, topógrafos y equipos de protección civil supervisan las operaciones.
Miles de personas, algunos originarios de la región, acudieron al lugar del accidente para mostrar su solidaridad.
Algunos aplaudían para animar a los socorristas.
“Hemos venido a ayudar a los socorristas. Llevamos tres días aquí. Rayan es un niño de nuestra región, rezamos a Dios para que se salve”, dijo un voluntario. “No nos iremos hasta que esté fuera del pozo”, aseguró.
“Ya casi hemos llegado. Llevamos tres días trabajando duro. Nos estamos cansando, pero todos los equipos de rescate están resistiendo a pesar de las circunstancias imprevistas”, dijo Abdesalam Makoudi, jefe de obra.
“Rayan estaba jugando y luego desapareció hacia las 14H00. Toda la familia se movilizó para buscarlo hasta que nos dimos cuenta de que se había caído al pozo”, relató a la prensa la madre del niño, con los ojos amarados en lágrimas.
“Todavía tengo la esperanza de que me devuelvan a mi hijo con vida”, dijo.
Un equipo médico ha sido desplegado en el lugar del accidente para “realizar los exámenes iniciales y las intervenciones de reanimación del niño una vez rescatado”, indicó la agencia de prensa MAP.
Además fue movilizado un helicóptero medicalizado en caso de emergencia.
“Nuestros corazones están con la familia y rezamos a Dios para que vuelva a reencontrarse con sus familiares lo más pronto posible”, declaró esta semana el portavoz del Ejecutivo, Mustapha Baitas.
Los rescatistas plantearon varios escenarios para salvar al niño.
Al principio, los equipos de rescate intentaron descender directamente al pozo, pero esta operación se abandonó porque el diámetro del pozo no supera los 45 centímetros.
También pensaron en ampliar el diámetro del pozo, pero fue imposible por el riesgo de desprendimiento. La única solución era cavar alrededor.
La tragedia ha generado simpatía y solidaridad en las redes sociales.
El viernes, las emisiones en directo de varios medios marroquíes seguían atrayendo a cientos de miles de espectadores, pendientes de la suerte del niño.
“Resiste pequeño Rayan, por favor resiste”, imploró un internauta en Twitter.
El hashtag #salvemosarayan (en árabe) estaba entre las principales tendencias de Twitter en Marruecos por segundo día consecutivo.
“Los rescatistas están moviendo literalmente una montaña para salvar al pequeño #Rayan, espero que sus esfuerzos no sean en vano y que todos los que han rezado por él tengan respuesta a sus oraciones”, escribió otro internauta.
Este accidente recuerda una tragedia ocurrida en España en 2019 cuando un niño de dos años murió tras caer en un pozo abandonado de 24 centímetros de diámetro y más de 100 metros de profundidad en Andalucía. Tras una operación de gran envergadura los restos del menor fueron rescatados tras un despliegue que duró 13 días.