El papa Francisco lamentó “la existencia de dramáticas crisis y guerras” que “amenazan el futuro de la humanidad” y que a veces son “alimentadas por instrumentalizaciones religiosas”, durante su discurso en el encuentro interreligioso en la mezquita Istiqlal de Yakarta, durante su último día de visita a Indonesia.
“Promover la armonía religiosa para el bien de la humanidad es la inspiración que estamos invitados a seguir”, invitó el papa a los representantes de las religiones presentes en Indonesia: el islam, el protestantismo, el catolicismo, el hinduismo, el budismo y el confucianismo.
Y pidió a los representantes de las varias confesiones asumir la responsabilidad ante “las grandes, y algunas veces, dramáticas crisis que amenazan el futuro de la humanidad, particularmente las guerras y conflictos, y por desgracia alimentados también por las instrumentalizaciones religiosas”.
Pero también ante “la crisis medioambiental, que se ha convertido en un obstáculo para el crecimiento y la convivencia de los pueblos.”
“Y ante este escenario, es importante que los valores comunes a todas las tradiciones religiosas se promuevan y se refuercen, ayudando a la sociedad a erradicar la cultura de la violencia y de la indiferencia y a promover la reconciliación y la paz”, aseveró.
Francisco también pidió a los líderes religiosos “contribuir a construir sociedades abiertas, cimentadas en el respeto recíproco y en el amor mutuo, capaces de aislar las rigideces, los fundamentalismos y los extremismos, que son siempre peligrosos y nunca justificables”.
Por otra parte, el papa invitó a reflexionar sobre que “los ritos, las prácticas de la religiones “son un patrimonio tradicional que hay que proteger y respetar” pero que “mirando en profundidad, percibiendo lo que fluye en lo más íntimo de nuestra vida, el deseo de plenitud que vive en lo más profundo de nuestro corazón, descubrimos que todos somos hermanos, todos peregrinos, todos en camino hacia Dios, más allá de lo que nos diferencia”.
Y otra invitación fue a “trabajar juntos, caminar unidos en la consecución de algún objetivo, en la defensa de la dignidad del hombre, en la lucha contra la pobreza, en la promoción de la paz”.
Francisco concluyó pidiendo “que las diferencias no sean motivo de conflicto, sino que se encuentren armónicamente en la concordia y el respeto recíproco” y que “nadie ceda al atractivo del integrismo y de la violencia; que, en cambio, todos estén fascinados con el sueño de una sociedad y de una humanidad libre, fraterna y pacífica”.
El papa se dijo feliz por estar “en la mezquita más grande de Asia” que “es una gran casa para la humanidad”, aunque no la pudo visitar ya que toda la ceremonia se celebró en el exterior.
Durante el encuentro, el papa Francisco, el gran imán de la mezquita Istiqlal, Nasaruddin Umar, y otros líderes firmaron una declaración en la que instan a los representantes de las religiones a ayudar a resolver los conflictos y ocuparse de la destrucción ambiental.
Con información de EFE