Samuel Sánchez
Culiacán, Sinaloa (Café Negro Portal).- “El único error que cometió mi hijo y su amiga es venir a vacacionar a Mazatlán”, dijo desesperada la señora Liliana Quiñonez Cárdenas, quien desde el pasado 04 de septiembre busca desesperada a su hijo de 22 años de edad.
La madre de familia originaria de Torreón, Coahuila, contó que su hijo David Garay Quiñonez, el pasado jueves 02 de septiembre salió de su ciudad natal junto con su amiga Sugey para trasladarse al puerto de Mazatlán.
Desde ese día permanecieron hospedados en un hotel localizado en la Zona Dorada y el sábado 4 abandonaron este sitio para regresar a Torreón.
Previo a su salida su hijo se comunicó con su mamá para comentarle que estaban por regresar a casa, pero no logró saber más de él ni de la joven.
A través del rastreo de llamadas se logró identificar que la acompañante de su hijo de nombre Sugey se comunicó alrededor de las 18:00 horas desde su celular desde el poblado La Urraca localizado en el municipio de Mazatlán.
La madre de familia al no tener respuesta de su hijo por medio del celular, ya que su equipo se encontraba apagado, decidió solicitar apoyo al estado de Coahuila, Durango y Sinaloa para que le ayudarán a localizar a su hijo y a la joven.
Lamentó que la Fiscalía General de Sinaloa no haya logrado obtener de inmediato datos sobre las cámaras de videovigilancia ni de las llamadas hecha desde los teléfonos celulares, pero gracias a la intervención del gobierno de Durango se pudo obtener esta información.
La madre de familia aseguró que acudió al poblado donde por última vez se comunicó la acompañante de su hija. Los habitantes le informaron que no se están realizando investigaciones por parte de las autoridades de la Fiscalía General de Sinaloa.
Pidió el apoyo de las autoridades del Gobierno del Estado para proporcionar equipo para realizar labores de búsqueda en esta comunidad que es de difícil acceso así como a la fiscalía para que agilice la integración de la carpeta de investigación.
El joven David Garay Quiñonez es optometrista y su acompañante al parecer estudiante.
En el vehículo en que viajaban, el joven traía equipo que utiliza en su profesión.
“Yo voy a seguir buscando aunque yo me quede en la calle, no me importa, o sea yo necesito a mi hijo de regreso, mi hijo tiene 22 y la muchacha 20”, expresó al bordo del llanto.