En verdad… ¿primero los pobres?

Irene Medrano Villanueva

La salud de México y de los sinaloenses, por supuesto, se debe de abordar desde una posición científica y más técnica, sin meter la política, para beneficiar al mayor número de personas y hacer realidad lo que tanto pregonan los que están en el poder: primero los pobres.

La reforma a la Constitución Mexicana en 1983 se reconoció el derecho fundamental a la salud que tienen todos los mexicanos, sin embargo, esa es otra historia, la verdadera historia está en los hogares de miles de mexicanos donde no tienen ni para una aspirina, mucho menos pensar en tratarse un problema crónico y ni hablar de una operación.

Recientemente se publicó un amplio reportaje en The Lancet, donde participa Julio Frenk como autor senior del artículo. Frenk fue subsecretario de salud en el sexenio de Vicente Fox, actualmente es rector de la Universidad de Miami, además cuenta con nombramientos académicos como profesor de Ciencias de la Salud Pública

En el artículo se analiza lo que ha pasado con el sistema de salud en los últimos 20 años en el caso particular de México, donde se miden los logros, avances y retrocesos del sistema de salud de nuestro país, también se proponen soluciones potenciales para mejorar el sistema de salud.

Caliente…caliente.- Uno de los puntos más importantes del artículo es la implicación de la desaparición del Seguro Popular durante la pandemia dejando en el desamparo a más de 30 millones de mexicanos.

Aquí cabe hacer un paréntesis y recordar que el primero de enero de 2020 desaparecieron de todas las unidades médicas del país los módulos de afiliación al Seguro Popular, con el argumento de Morena de que el programa no consiguió atender todas las necesidades de la población más pobre ya que ciertos padecimientos no entraban dentro de la cobertura.

El presidente López Obrador hizo un sinfín de declaraciones donde aseguraba que al desaparecer el Seguro Popular, el Instituto de Salud para el Bienestar, Insabi, ahora sí proveería atención médica gratuita a todos los mexicanos sin necesidad de afiliación.

Sin embargo, ese propósito sólo quedó en buenas intenciones, fue un fracaso a tal grado que Morena también lo desapareció en mayo del 2023, dejando a millones de mexicanos en la indefensión, ahora los servicios que proporcionaba Insabi serán absorbidos por el IMSS.

Volvamos al análisis que hace el artículo de la autoría del doctor Frenk, donde se explica que el gasto de bolsillo en salud, es decir, gasto directo de las familias para pagar atención médica, incrementó de 45.5% (2013) a 50.0% (2019), uno de los niveles más altos en Latinoamérica.

Otro sorbito.- El artículo también menciona que la tasa de aumento de personas no afiliadas al sistema de salud en México, se incrementó de 17.3 millones de personas a 34.4 millones.

En el artículo se proponen cinco recomendaciones para reformar la salud pública a corto plazo:

Mejorar acceso de grupos vulnerables a medicamentos.

Aprovechar la telemedicina para ampliar prestación de servicios.

Crear alianzas entre salud pública y privada para que los pacientes tengan acceso a servicios médicos de calidad.

Regular y certificar farmacias privadas y promover un seguro universal público para lograr una reforma legal, financiera y operacional a nivel nacional.

Pero dejemos esas cifras y vayamos a los hechos, Sinaloa en este sexenio pasa de 390 mil personas que no tenían derecho a la salud, a 820 mil, un descomunal atentado a la salud de la gente.

Ahora los sinaloenses, no saben a dónde acudir como lo hacían cuando tenían el seguro popular.

Si bien es cierto que existen clínicas y hospitales, si se atreven a pisar uno de ese nosocomio son recibidos con la frase del célebre cómico Héctor Suárez “no hay, no hay”, lo que ocasiona que muchos pacientes se vayan con la esperanza de ser atendidos en el Seguro Social y ahí nace otra historia.

Las salas de urgencia atiborradas, enfermos tirados en el piso, si no lo cree, aventúrese, haga un tours y lo que verán sus ojos, los van a dejar desconsolados y confundidos porque en este sexenio… primero los pobres.