Por desgracia, los automovilistas que usan el teléfono celular piensan que ellos nunca sufrirán un accidente y que eso solo le pasa a los demás, hasta que sucede un incidente a alguien cercano o a uno mismo, es cuando se toma conciencia del peligro que es manejar distraídamente por usar el móvil, enviar mensajes de texto, verificar direcciones e incluso acceder al centro de información y entretenimiento del vehículo, destacó Ramón Palacios Polanco, especialista en temas de Seguridad Vial y Manejo Defensivo.
“Es un distractor, más cuando envías mensajes, porque el mensajear es totalmente salirte del enfoque que tu tienes como conductor, te pierdes totalmente de la visión y pones en riesgo a ti y los demás”, puntualizó.
Al dictar la conferencia “Joven, conduce para la vida” dentro de la Semana de la Seguridad Vial que actualmente lleva a cabo la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) a través de la Unidad de Bienestar Universitario (UBU), manifestó que es sumamente importante y necesario hacer conciencia al momento en que se maneja, ya sea en automóvil o moto, dado que no solo es exponer nuestra vida, sino la de otros.
En el teatro auditorio de la Torre Académica de la UAS donde se dieron cita decenas de estudiantes de bachillerato y licenciatura, y también asistió como una espectadora más la señora Sofía Angulo de Madueña, directora de la Unidad de Bienestar Universitario, Palacios Polanco enfatizó que, si no tenemos los cinco sentidos orientados y puestos al 100 por ciento al momento de manejar, los accidentes se dan y nos exponemos a grandes peligros.
“El joven cuando tiene su licencia de manejar, yo no permito que un joven maneje sin una licencia, ya que es la que le da la autoridad y al momento de tenerla tiene responsabilidades, así como tiene derechos, libertades, y la responsabilidad es cuidar de la vida de él, la vida de los que están dentro de su vehículo y cuidar la vida de los que están alrededor de su vehículo”, expresó.
Así mismo, el conferencista invitó a los jóvenes a no conducir cuando se está bajos los efectos del alcohol, exhortándolos a que si han bebido mejor designen a otro conductor, y en el caso de que, si ellos no consumieron alcohol y llevan como pasajeros a otros que sí lo hicieron, se concentren en la conducción del vehículo y no se presten a cambios de conducta que genera la euforia de las bebidas alcohólicas.