Estados Unidos.-El monstruo predilecto de Guillermo del Toro cobrará vida en la pantalla grande. La anticipada adaptación de Frankenstein, dirigida, escrita y producida por el cineasta mexicano, ya tiene fechas oficiales: debutará en salas seleccionadas el 23 de octubre de 2025 y aterrizará en Netflix el 7 de noviembre del mismo año. Esta estrategia de doble lanzamiento forma parte del plan de la plataforma para impulsar la cinta en la temporada de premios, incluyendo su presencia en certámenes como Venecia y Toronto.
La producción está encabezada por Del Toro, quien también firma el libreto y la producción junto a J. Miles Dale y Scott Stuber. La banda sonora original está compuesta por Alexandre Desplat, mientras que la fotografía es obra de Dan Laustsen. Aunque el presupuesto no ha sido revelado, se trata de una de las apuestas más ambiciosas de Netflix para 2025, con un despliegue técnico y artístico que recurre a efectos prácticos, escenografía artesanal y una estética gótica inspirada en los clásicos del terror cinematográfico.
El director ha reunido un elenco internacional de primer nivel para dar vida a los personajes creados por Mary Shelley. Oscar Isaac encarna a Víctor Frankenstein, mientras que Christian Convery lo interpreta en su versión juvenil. Jacob Elordi personifica a la Criatura, tras reemplazar a Andrew Garfield por conflictos de agenda. Mia Goth asume el rol de Elizabeth Lavenza, Christoph Waltz al Doctor Septimus Pretorius, Ralph Ineson al Profesor Krempe, Burn Gorman a Fritz (Igor), Felix Kammerer a William Frankenstein, David Bradley al anciano ciego De Lacey, Lars Mikkelsen al Capitán Anderson y Charles Dance en un papel aún no revelado.
La trama sigue a Víctor Frankenstein, un científico brillante pero arrogante que, en su afán por desafiar los límites de la naturaleza, crea una criatura con restos humanos. El experimento, lejos de representar un triunfo, desata una tragedia que arrastra tanto al creador como a su creación. Del Toro ha descrito su adaptación como “una tragedia miltoniana” que indaga en la soledad, la redención y el vínculo entre padre e hijo.
Guillermo del Toro ha perseguido este proyecto durante décadas. Desde que leyó la novela de Mary Shelley en su niñez y vio la versión de 1931 protagonizada por Boris Karloff, el mito se convirtió en una suerte de credo personal. “Los monstruos forman parte de mi sistema de creencias”, ha expresado en varias entrevistas. Su atracción por los seres marginados ha sido una constante en su filmografía: El laberinto del fauno, Hellboy, La forma del agua y Pinocho son claros ejemplos de cómo ha explorado la monstruosidad como metáfora de lo humano. En esta versión, no solo dirige, sino que también escribe el guion, garantizando una mirada íntima y emocionalmente profunda.
Con su paso por festivales internacionales y una distribución diseñada al detalle, Frankenstein se proyecta como uno de los grandes acontecimientos cinematográficos del año. Más allá del terror, Del Toro propone una obra que reflexione sobre identidad, dolor y amor desde la perspectiva del “Otro”. Como él mismo ha declarado: “Cuando era niño, sentía que el mundo era un lugar muy atemorizante y que no encajaba del todo en el modelo que mi padre habría querido. (…) Sentí que Pinocho y la criatura de Frankenstein se encontraban muy cerca de mí. Eran muy autobiográficos”.