Irene Medrano Villanueva
“Haiga como haiga sido…” diría el ranchero, lo cierto es que el pleito entre Rocha- Cuén desde sus inicios fue bien meditado y planeado.
Muchos dicen que el gobernador se tardó, pero en política como en el boxeo, hay que esperar para asentar bien el golpe y que el enemigo caiga, sin tener la menor posibilidad de reponerse.
Rocha, como buen maestro que fue, es un hombre tranquilo, analítico, que medita, que prepara su clase antes de exponerla y eso, fue precisamente lo que hizo durante este año de gobierno para acabar con su enemigo número uno.
Muchos han criticado al gobernador de que se queda dormido durante algunas presentaciones, otros dicen que su cuerpo caído, como descansando, no es otra cosa que está meditando, cavilando; quizá en uno de esos momentos, ha maquinado bien su estrategia para derrotar a Cuén.
Va paso a paso, sus acciones las ha revisado, no deja cabos sueltos. Lo han criticado por su tozudez, por no quitar el dedo del renglón, sus acciones, las tiene bien medidas, ningún golpe como suele usarse en el boxeo, es de engaño, los asienta bien y donde quiere.
Estos dos actores, se han tomado un chocolatito, pero a los sinaloenses nos han dado atole con el dedo, el gobernador de dientes para afuera decía, ya no, que Cuén era su amigo y el pasista como muchos, se lo creían pese a que le decía hasta de lo que se iba a morir.
Primero lo sobajó, cuando fue su secretario de salud, lo hostigó, le recordó hasta el cansancio de que era su subalterno y finalmente lo hizo que renunciara, ese fue su primer golpe, porque poco a poco el gobernador ha ido acabando con sus activos.
Cuén no entendió o no quiso entender que iban por su cabeza y sus aliados, mayormente universitarios, inmediatamente después le minaron sus activos, desde diputados hasta alcaldes que habían ganado en las urnas con las siglas del PAS y Morena, mismos que renunciaron al partido que los postuló.
Cuén iba y venía a la ciudad de México, aparentemente amarraba apoyos aquí y acullá; logró que el propio secretario de gobernación lo volteara a ver, era atractiva la oferta que le ofrecía el líder moral del PAS: su estructura, es quizá el único partido que tiene gente para movilizarla por todo el estado, por lo que Cuén informó que era nombrado como representante de ésta corcholata en Sinaloa, mientras tanto el gobernador seguía con su objetivo.
Inició el año, desde el Congreso se empezó a cocinar la Ley de Educación Superior de Sinaloa, misma que a principios de marzo fue aprobada, sin ninguna manifestación, pese a que después la UAS la rechazó.
Más tarde, todos los grupos parlamentarios que conforman la Sesenta y Cuatro Legislatura –menos el PAS-, y los diputados sin partido presentaron una iniciativa para reformar la Ley Orgánica de la UAS, dicha postura, pasó también de noche, no hubo protestas.
La falta de manifestaciones en la calle, llamó la atención, porque quien no recuerda que en la legislatura pasada, al tratar de llevar una iniciativa al Congreso como la que acaban de presentar los grupos parlamentarios, el congreso fue tomado por los universitarios, lo que provocó que la persona que pretendía entregarla ante Oficialía de Partes no lo hiciera.
Venía otro golpe, el que puso a Cuén en la cuerda floja. El gobernador anunció que Cuén ya no es el representante de don Augusto, la corcholata de López Obrador.
El líder moral del PAS, sigue impertérrito, corren los días y los golpes de Rocha siguen rectos y curvos y se asegura que de un momento a otro, llegará al nockout tan esperado por los morenistas.
La vox populi, desde universitarios hasta políticos aseguran que los días de Cuén por el control de la casa rosalina están contados a partir que los diputados aprobaron la Ley de Educación Superior y ahora van por la Ley Orgánica de la UAS. Corren las apuestas.