El presidente francés, Emmanuel Macron, inauguró la Villa Olímpica de los Juegos de París, una construcción que consideró “ejemplar”, tanto por su carácter medioambiental como por su propuesta para acoger a los atletas y por convertirse en “un ejemplo de la ciudad del futuro”.
“Pueden estar orgullosos. Han cumplido las promesas, tanto de plazos como de presupuesto”, aseguró el presidente ante un grupo de trabajadores que, durante cuatro años, levantaron los 82 bloques de viviendas en los que unos 14 mil 500 atletas vivirán durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos del próximo verano.
Situada cerca del Estadio de Francia de Saint-Denis, que albergará las pruebas de atletismo de los Juegos, la Villa Olímpica está llamada a convertirse en el epicentro del evento para los atletas y ha sido pensada para facilitarles la vida.
Restaurantes, zonas de ocio, 7.5 hectáreas de espacios verdes, paseos en las riberas del Sena, apartamentos sin aire acondicionado pero diseñados para atenuar la temperatura exterior… los organizadores aseguran que no han olvidado ningún detalle para facilitar la vida de los deportistas.
El presidente visitó las instalaciones, recorrió parte de las 52 hectáreas que se han convertido en un nuevo barrio dividido entre tres municipios del norte de la capital, en un paraje donde había una zona industrial a orillas del Sena.
Acompañado de otros responsables políticos, de miembros del Comité Organizador de los Juegos y de algunos ex deportistas implicados en la candidatura, Macron alabó el trabajo efectuado que “muestra la experiencia francesa en el sector de la construcción”.
“Somos un país de constructores (…) y pese a la crisis del covid, a los dos años de inflación, a la guerra de Ucrania, hemos logrado el mayor proyecto de Francia en un tiempo récord”, destacó Macron, que señaló que esa misma experiencia está sirviendo para reconstruir la catedral de Notre Dame, gravemente dañada por un incendio en abril de 2019 y que tiene previsto reabrir sus puertas a finales de año.
Edificios del futuro
El presidente aseguró que la Villa Olímpica inspirará al sector en los próximos años, tanto por la forma en la que han cumplido los objetivos medioambientales y sociales, con cuatro veces menos de accidentes laborales que en una obra normal, como por la herencia que dejarán para el futuro.
“Aquí vemos los edificios que se construirán en 2040, capaces de soportar las condiciones climáticas de 2050, tanto de frío como de calor”, señaló el jefe del Estado sobre el sistema de geotermia y refrigeración natural con el que se ha dotado a las construcciones.
También destacó la innovación en los materiales utilizados, que han permitido reducir un 47 por ciento las emisiones contaminantes durante la construcción, pero que han servido de “laboratorio” para aplicarlo en el futuro.
Con esta Villa Olímpica, la principal obra levantada para los Juegos de París, que apostaron mayoritariamente por instalaciones deportivas ya existentes, Macron aseguró que Francia “puede estar orgullosa”.
“Los atletas van a poder pasar los Juegos en las mejores condiciones, vamos a acoger aquí a todo el mundo”, aseguró el presidente, que destacó también que dejará “un legado” en esta zona al norte de París.
Porque en los años siguientes la Villa Olímpica se convertirá en una nueva ciudad moderna, “lo que dejará riqueza en el territorio”.
“Crear entusiasmo”
Para el presidente, este tipo de actuaciones acabará por convencer a los franceses, sobre todo a los parisinos y habitantes de la región, de las bondades de los Juegos, lo que contribuirá a atenuar su animadversión hacia un evento que, por ahora, solo les genera problemas.
“Los Juegos crean molestias, pero dejan un legado (…) Sin los Juegos no se habrían creado todas estas viviendas que van a permanecer”, señaló.
Agregó que otras de las iniciativas de París 2024, como la ceremonia de inauguración sobre el Sena, “contribuirán a que los franceses se sientan orgullosos”, lo que acabará por crear entusiasmo entre la población.
Con información de EFE