A una década de haber vivido uno de los episodios más difíciles de su vida, Irán Castillo reflexiona con madurez y calma sobre el secuestro exprés del que fue víctima. La actriz afirma que hoy no guarda rencor hacia quienes la privaron de su libertad, y que este tiempo le ha permitido transitar un camino profundo de crecimiento personal.
“Me siento muy afortunada porque, pues ya digamos que desde hace bastante tiempo estoy en el camino de ser mejor persona, ¿no? El perdón es lo más importante en ese tipo de cosas, ¿no?”, expresó durante su encuentro con la prensa durante el estreno del espectáculo conocido como La Villa de Santa Claus.
Irán asegura que, más allá del dolor y el miedo que vivió, ha buscado comprender el contexto y las circunstancias que rodean a quienes cometen este tipo de delitos. “También como tener una mirada más amplia de lo que pasa con ese tipo de personas que hacen eso y con uno, ¿no? No solamente juzgarlo, sino también como ver un poquito más allá y pues eso con pasión, perdón, todo eso.”
La artista reveló además que su experiencia podría convertirse en un proyecto cinematográfico. “Fíjate que en algún momento escribí un guion y lo tengo por ahí y le estaba haciendo como ajustes”, manifestó.
Castillo no descarta retomar ese material cuando conciba que es adecuado emocional y profesionalmente. “Seguramente en algún momento que sienta que sea el momento lo sacaré y a lo mejor estaría muy padre hacerlo”, expresó al señalar que se trata de una historia fuerte, pero con un mensaje de superación.
En otros temas, la también cantante compartió cómo ha sido para ella la crianza de sus dos hijos, Irka y Demián, quienes tienen una diferencia de edad de más de diez años. Una brecha que, reconoce, la ha llevado a afrontar etapas muy distintas de la adolescencia de manera simultánea. “Que justo lo platicaba con mi hija, que ya tiene 14, y entonces me decía: ‘Ay, mami, pobre de ti, ¿verdad? Porque estás entre dos adolescentes.’”
Irán detalló que su hijo menor atraviesa una etapa desafiante en la que ha comenzado a imponer su independencia con constantes negativas. “Y sí, pues son diferentes edades, pero son adolescentes, porque el chiquito pues está en el ‘no quiero’, ¿no?”
Por su parte, su primogénita también vive su propio proceso, lo que genera dinámicas que, aunque complejas, Irán toma con humor y empatía. “O sea, se está implantando en el no quiero y pues mi hija adolescente también es de ‘no, eso no, mamá’, y así, entonces bueno. Se pone divertido.”
Con serenidad y una visión renovada, Irán Castillo demuestra que, pese a las adversidades, ha encontrado un equilibrio entre la sanación personal, la maternidad y sus nuevos proyectos creativos.
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