Irene Medrano Villanueva
“¡Todos juntos hasta encontrar el final…!” Con esta frase convincente, la periodista argentina Bárbara Anderson le habló a su hijo Lucca, quien nació con una parálisis infantil severa.
En una familia unida, emprendieron una lucha titánica para sacarlo adelante.
La unión familiar es fundamental para apoyar a un niño con capacidades diferentes, pero si en el camino se encuentran personas generosas dispuestas a brindar su apoyo sin pedir nada a cambio, la tarea se vuelve más llevadera.
Este fue el caso de Jesús Vizcarra Calderón.
Dicen que nadie es profeta en su tierra, y Jesús Vizcarra, uno de los hombres más ricos del país, es en estos momentos una de las personas más admiradas.
Su generosidad fue clave para que, en 2019, Bárbara Anderson escribiera el libro Los dos hemisferios de Lucca y posteriormente se produjera la película que hoy está en Netflix y se ha convertido en un éxito mundial.
La película Los dos hemisferios de Lucca es una historia de lucha, dolor, remordimientos, entrega, traiciones y burocracia.
Pero también es un testimonio de gran solidaridad, como la que Jesús Vizcarra mostró en la vida real y que en el filme se refleja a través del personaje de Alberto Lizárraga.
Durante el parto, Bárbara tuvo complicaciones que provocaron falta de oxígeno en su hijo, causándole daño cerebral.
Desde ese momento, no dejó de pedirle perdón “por no haber pujado lo suficiente”.
Tanto ella como el padre, quien en ese entonces estaba desempleado, se dedicaron por completo a cuidar a Lucca.
Bárbara trabajó en la revista Expansión, en Milenio y en otros medios de comunicación.
Un día, su editora le pidió entrevistar a Jesús Vizcarra (Lizárraga en la película).
Llegó puntual a la cita, con el rostro desmejorado porque la noche anterior su hijo había tenido una convulsión y tuvo que llevarlo a la clínica, siempre acompañada de su esposo.
Vizcarra, propietario de SuKarne, la recibió en su oficina, le ofreció un café y se interesó por su aspecto.
Le brindó confianza y ella le contó la situación de su hijo.
El empresario sinaloense mostró de inmediato interés en el caso.
Le habló de una persona que, tras un accidente, había quedado inmovilizada y logró recuperarse con la ayuda de un médico en la India.
La periodista se interesó en la historia y, en ese mismo momento, Vizcarra llamó al médico para que conociera el caso de Lucca.
Así comenzó la historia de Lucca. Realizaron tres viajes a la India. Actualmente, está terminando la primaria en el mismo grado que su hermano, quien siempre ha estado a su lado.
Lucca lleva cinco años sin epilepsia, come solo, habla y ha comenzado a caminar.
A pesar de ser un hombre ocupado, Vizcarra es afable y distinto a otros empresarios engreídos.
Conoce a muchos periodistas por su nombre, les da su número de celular, no tiene poses y siempre encuentra tiempo para conversar con las personas que lo saludan.
Incluso, si alguien le pide un favor, trata de ayudar.
El sinaloense fue alcalde de Culiacán y candidato a gobernador, aunque no ganó. Sin embargo, esto no lo detuvo.
A pesar de las críticas y la envidia de sus opositores, Vizcarra sigue adelante con su labor filantrópica a través de su fundación, que impulsa programas en las áreas de salud, adicciones y desarrollo humano.
Así nació Salud Digna hace 20 años, y desde hace 12 inició una etapa de expansión en toda la República Mexicana.
Actualmente, cuenta con más de 200 instituciones que benefician a personas sin acceso a servicios como estudios médicos, análisis clínicos y lentes.
En un contexto donde el apoyo gubernamental es insuficiente, estos servicios se han vuelto más necesarios que nunca.