Ana Araujo, esposa de Pablo Lyle, fue captada con Marc Crosas en Puerto Vallarta y en otros restaurantes de la Ciudad de México a principios del mes de mayo, desatando las especulaciones de un posible romance entre ellos a pesar de que la emprendedora no está divorciada del actor.
Debido a que Araujo recientemente charló con la prensa, pero no quiso ahondar en la relación que mantiene con el exfutbolista y comentarista, ahora tocó el turno de Crosas para enfrentar los cuestionamientos de los reporteros.
Al ser captado durante su llegada al Aeropuerto de la Ciudad de México, Marc fue perseguido por los periodistas, quienes no paraban de preguntarle por Ana y su posible amorío; sin embargo, el exdeportista profesional únicamente respondió: “¿No (quiero) hablar de qué?, es que yo no me dedico a esto, cuidado”.
Como se recordará, Ana ha sido muy reservada con relación a su vida privada; no obstante, recientemente abrió su corazón en su podcast y ahí explicó lo que ha vivido luego de que su esposo fue arraigado en Estados Unidos tras ser señalado de quitarle la vida a un hombre cubano de 63 años con quien sostuvo una riña vehicular en 2019.
Pese a que no aclaró si ya no desea continuar con su matrimonio con Lyle, Araujo confesó lo complicado que ha sido volverse jefa de familia.
“Me costó mucho hacerme cargo, o sea, como que el tema de ser la jefa de toda esa gente, siempre yo soy de las que les huye, o sea, yo en las fiestas era feliz de que Pablo fuera el centro de atención, porque yo aprendí estar atrás, y que él fuera sociable, y de repente tener que ser yo la que está a cargo de la gente, la que tiene que dar la cara, resolver las cosas, le huía muchas veces a eso”, manifestó.
Finalmente, la aún esposa de Pablo expresó: “Yo ya entendí que en la vida no podemos ser salvadores de nadie, mucho tiempo me la creí, lo intenté, y muy mal, malas experiencias, me metí en problemas y perdí amistades por querer solucionarles sus problemas, y entendí que no podemos ser salvadores de nadie”.