La titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México, Alicia Bárcena, mostró su solidaridad con el pueblo y autoridades de Papúa Nueva Guinea por un deslizamiento de tierra ocurrido el pasado viernes y que provocó que más de 2 mil personas quedaran enterradas.
“Mi solidaridad y apoyo al pueblo de Papúa Nueva Guinea y a sus autoridades por el terrible deslizamiento de tierra registrado hace unos días. Nuestras condolencias a las familias de las víctimas”, apuntó Bárcena en un mensaje en la red social X.
La canciller agregó que hasta el momento, la dependencia a su cargo “no cuenta con reportes sobre personas mexicanas incluidas entre ellas (las víctimas)”.
Este lunes, el Centro Nacional de Desastres de Papúa Nueva Guinea confirmó que más de 2 mil personas quedaron enterradas por la gran avalancha que asoló una remota localidad del norte del país la madrugada del viernes.
Según una carta del centro fechada el domingo y enviada al coordinador de la ONU en el país, a la que tuvo acceso EFE este lunes, “más de 2 mil personas quedaron enterradas vivas” por la “masiva avalancha” ocurrida cerca de la mina de oro Porgera, en la provincia de Enga, al norte del país.
El alud, que ocurrió el viernes, “provocó una gran destrucción de edificios, jardines y generó un gran impacto en el sustento económico del país”, señala la misiva, que añade que la principal carretera de acceso a la mina de Porgera “está completamente bloqueada”.
“La situación continúa inestable pues el deslizamiento de tierra continúa lentamente, lo que supone aún un peligro para los equipos de rescate y los supervivientes”, subraya la carta.
Fuentes de la ONU consultadas informan de la dificultad de determinar con exactitud el número de víctimas mortales y desaparecidos debido en parte al trabajoso operativo de rescate por la inestabilidad del terreno y el difícil acceso a la zona.
El derrumbe de parte de una montaña la madrugada del viernes impactó sobre el poblado de Kaokalam, a unos 600 kilómetros de la capital del país, Port Moresby, sepultando las viviendas por una capa de entre seis y ocho metros de profundidad.
Con información de EFE