El universo de la moda despide a uno de sus máximos referentes. Giorgio Armani, creador de la célebre casa de moda que lleva su apellido, falleció el jueves 4 de septiembre de 2025 en Milán, Italia, a los 91 años. La noticia fue confirmada por el Grupo Armani mediante un comunicado oficial, donde se detalló que el diseñador murió serenamente, acompañado por sus colaboradores más cercanos y familiares.
Nacido el 11 de julio de 1934 en Piacenza, una ciudad ubicada al norte de Italia, Armani creció en un hogar humilde durante los años difíciles de la posguerra. Aunque en un principio cursó Medicina en la Universidad de Milán, abandonó los estudios tras tres años y un periodo en el servicio militar. Su verdadera pasión lo condujo al universo del diseño, iniciando como escaparatista en los grandes almacenes La Rinascente, donde descubrió su mirada estética y su habilidad para la moda.
En la década de 1960, trabajó como creador para la firma Nino Cerruti, especializándose en indumentaria masculina. En 1975, junto a su pareja sentimental y socio comercial Sergio Galeotti, fundó Giorgio Armani S.p.A. en Milán. La primera colección para caballeros se presentó en 1976, seguida ese mismo año por la línea femenina. Desde entonces, Armani redefinió la elegancia contemporánea con sus cortes limpios, tonalidades neutras y un estilo minimalista que transformó la manera de vestir de hombres y mujeres.
A lo largo de su vida, Giorgio Armani mantuvo una estricta reserva sobre su intimidad personal. Nunca contrajo matrimonio ni tuvo descendencia. En entrevistas, reconoció que su vínculo más profundo fue con Galeotti, fallecido en 1985. Desde entonces, Armani permaneció soltero, entregado por completo a su compañía y a la evolución de su marca. Su círculo cercano estuvo conformado por familiares, entre ellos sus sobrinos Roberta y Andrea Armani, quienes han ocupado posiciones relevantes dentro del grupo empresarial.
El emporio Armani se expandió mucho más allá de la moda, incorporando líneas como Emporio Armani, Armani Jeans, Armani Privé, Armani Exchange, además de fragancias, mobiliario, hoteles y restaurantes. La firma se convirtió en sinónimo de lujo sofisticado y accesible a nivel mundial. En 2025, el valor estimado del Grupo Armani supera los 6,000 millones de dólares, permaneciendo como empresa privada bajo la estructura de una fundación establecida por el propio diseñador para asegurar su independencia.
Hasta sus últimos días, Armani siguió activo al frente de su corporación, supervisando colecciones, pasarelas y decisiones estratégicas. Aunque había diseñado un plan de sucesión, nunca reveló públicamente un heredero único. Se espera que sus sobrinos y el consejo directivo mantengan la visión que él consolidó a lo largo de medio siglo.
Su legado empresarial es inseparable de su influencia cultural. Armani vistió a estrellas de Hollywood, transformó el traje masculino en el cine —como lo hizo en American Gigolo (1980) con Richard Gere— y fue pionero en derribar fronteras entre la alta costura y el prêt-à-porter. También fue de los primeros diseñadores en prohibir el uso de pieles en sus colecciones, además de criticar abiertamente los estándares de delgadez extrema en la industria.
No estuvo exento de polémicas. En 2008, sus declaraciones sobre la homosexualidad en la moda generaron discusión, y en diversas ocasiones confrontó a la prensa por su rechazo a seguir tendencias impuestas. Sin embargo, su independencia creativa y su constante defensa de la autenticidad lo mantuvieron como una figura admirada y respetada.
Con la partida de Giorgio Armani, la moda pierde a uno de sus arquitectos más visionarios. Su herencia trasciende las pasarelas: es una filosofía de vida, una estética que revolucionó el siglo XX y que continuará inspirando a las próximas generaciones. Su nombre, su obra y su legado permanecen como testimonio de una existencia dedicada al arte de vestir con elegancia y propósito.