El papa Francisco reiteró su petición de perdón a los indígenas canadienses por los abusos que sufrieron en los internados gestionados por la Iglesia católica, pero advirtió que existen nuevas colonizaciones, como la cultura de la cancelación, “que no tolera que haya diferencias”, en su discurso ante las autoridades en Quebec, en la cuarta jornada de su viaje a Canadá.
Tras reunirse con la gobernadora general, Mary Simon, y el primer ministro, Justin Trudeau, en la ciudadela de Quebec, una de las residencias de la gobernación general, el papa volvió a reiterar el motivo de su viaje y expresó su “vergüenza y dolor” y su petición de perdón “por el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas”.
“Pienso especialmente en las políticas de asimilación y desvinculación, que incluían el sistema de escuelas residenciales y que dañaron a muchas familias indígenas, minusvalorando su lengua, su cultura y su visión del mundo”, dijo Francisco.
El sumo pontífice recordó que “en ese deplorable sistema promovido por las autoridades gubernamentales de la época”, que separó a tantos niños de sus familias, estuvieron involucradas varias instituciones católicas locales.
“Es trágico cuando algunos creyentes, como ocurrió en ese período histórico, no se adecúan al Evangelio sino a las conveniencias del mundo. Si la fe cristiana ha desempeñado un papel esencial en la conformación de los más altos ideales de Canadá”, dijo en su discurso ante las autoridades y líderes indígenas invitados al acto.
Francisco también instó a las autoridades canadienses “a continuar el compromiso de responder adecuadamente a los llamamientos de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, así como en vuestra atención en reconocer los derechos de los pueblos originarios”.
Por otra parte, el papa denunció también que existen nuevas colonizaciones que llamó “ideológicas” y que cambian “la vida concreta de los pueblos, imponiendo modelos culturales preestablecidos”.
Y citó entonces, entre ellas, “la llamada cultura de la cancelación, que juzga el pasado solo en función de ciertas categorías actuales”.
Para el papa Francisco, “así se implanta una moda cultural que estandariza, que vuelve todo igual, que no tolera las diferencias y se centra solo en el momento presente, en las necesidades y los derechos de los individuos, descuidando a menudo los deberes hacia los más débiles y frágiles; los pobres, los emigrantes, los mayores, los enfermos, los no nacidos…”.
El papa llegó a Quebec después de su etapa en Edmonton, donde pidió perdón por la cooperación de la Iglesia en aquellos internados donde 150 mil niños indígenas fueron arrancados de sus familias y se estima que más de 4 mil murieron por los maltratos y enfermedades.
Con información de EFE