Luego de que se diera a conocer la detención de dos supuestos responsables por la caja de regalo que contenía explosivos y que fue entregada al dueño del bar Barra 1604, Mauricio Salvador Romero Morales, y a su socio Mario Alberto Hernández Cárdenas, quienes murieron en el lugar, salió a la luz que uno de los detenidos de nombre Eduardo Ramírez Flores, es hijo de Baldomero Ramírez Escamilla, ex diputado local.
Además, también se informó que su hermano es un regidor perredista del ayuntamiento de Valle de Santiago, Romeo Ramírez Flores. Eduardo Ramírez Flores no heredó la pasión de su padre por la política, así que, con su pareja, Georgina “N” se enfocó en el servicio de alimentos y bebidas en dos centros botaneros en Valle de Santiago, en donde tiene su domicilio.
Al buscar extender su actividad de servicios, la pareja estableció una sociedad con el empresario Mauricio Salvador Romero, gerente del Barra 1604, a quien entregaron una cantidad de dinero millonaria para que los integrara como accionistas de dicho restaurante, lo que no llegó a buenos términos.
Baldomero Ramírez Escamilla, padre de Ramírez Flores, fue diputado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la quincuagésima novena Legislatura Constitucional del Estado de Guanajuato, y años después se incorporó a las filas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en donde estableció una relación cercana con Hugo Estefanía Monroy, ex líder estatal de ese partido y exalcalde de Cortázar, quien fue asesinado en diciembre pasado.
Actualmente Ramírez Escamilla se encuentra alejado de la política.
Y es que, aunque se presume que el operativo no fue ejecutado por expertos, el ataque con explosivos en un restaurante de Salamanca concretó supuestos actos de venganza por adeudos millonarios y los planes detrás, revelaron alcances de criminalidad inédita en Guanajuato, el estado más violento del país.
Hasta el momento, no se ha establecido cuándo comenzó a organizarse el atentado, quién proporcionó el artefacto detonado ni cómo fue conseguido. La fiscalía del estado aseguró que se trataba de un componente de fabricación artesanal.
En cambio, los agentes de investigación han determinado que el ataque fue planeado por diferencias entre particulares, debido al supuesto préstamo de una cantidad millonaria de Georgina “N” y Eduardo “N” para que Mauricio Salvador Romero Morales pudiera constituir el restaurante bar Barra 1604 en Salamanca junto con su socio, Mario Alberto Hernández Cárdenas.
Lo más probable, ha sugerido la Fiscalía de Guanajuato, es que no haya habido un documento formal donde quedara asentada la aportación de los fondos. Al final, ni Georgina ni Eduardo fueron incluidos en la administración del local que fue ubicado en la avenida principal Faja de Oro, esquina con Insurgentes, colonia el Deportivo.
Así fue como el domingo pasado, el gerente y el dueño fueron asesinados por la explosión en las inmediaciones del restaurante que apenas comenzaba en el negocio.
De acuerdo con los datos proporcionados por la Fiscalía de Guanajuato, Georgina y Eduardo comenzaron sus operaciones desde la ciudad de Cortázar, a media hora de Salamanca. No se dijo desde dónde arribaron a ese lugar el día del atentado, pero llegaron a bordo de una camioneta roja, tipo estaquitas, la cual fue estacionada en inmediaciones de la ciudad.
Alrededor de las 17:16 horas del pasado 19 de septiembre, la pareja descendió del vehículo que sería de su propiedad y descargaron la caja de madera que contenía el explosivo. De ahí, Eduardo fue hacia la Central Camionera de Cortázar para pedir un taxi con el cual regresó a la calle 5 de Mayo, donde estaba Georgina. Ambos cargaron el paquete al coche tipo Tsuru color verde y se dirigieron hacia Salamanca en un trayecto de poco más de 30 kilómetros.
Los pasajeros llegaron a la colonia Constituyentes de su destino al filo de las 18:00 horas. Ese punto está 12 kilómetros al sureste del restaurante. Desde ahí, Georgina solicitó el servicio de envío y mediante un “mensaje multimedia contactó a uno de los conductores de reparto por motocicleta.
La mujer cedió la caja con el explosivo y dio instrucciones precisas para su entrega en el restaurante bar Barra 1604, a donde los mensajeros debían preguntar precisamente por el dueño, Mario Alberto Hernández Cárdenas. Ella dijo que se debía tener cuidado con el regalo y pagó por el servicio.
Entre las 19:15 horas, los repartidores llegaron al local y cumplieron las instrucciones al pie de la letra sin saber que cargaban una bomba casera. Pero el primero en salir fue el gerente, Mauricio Salvador Romero Morales, acompañado de otras personas. Todo parecía normal, alguien había enviado un regalo por el cumpleaños del dueño del local, quien celebraba con sus invitados.
Hernández Cárdenas se aproximó a la zona de estacionamiento del restaurante, donde estaban los mensajeros, y abrió la caja de madera. Enseguida ocurrió la detonación a distancia que dejó los cuerpos sin vida de los socios del restaurante, tendidos sobre el asfalto y la calle. Esquirlas y partes humanas volaron alrededor. Cinco personas, incluido el conductor de la moto, resultaron lesionados por el ataque.
(Con información de Infobae)