¡Está Café!
Por: Kevin Chicuate
Culiacán, Sinaloa. – Durante su conferencia matutina de este viernes 12 de septiembre de 2025, conocida como “La Mañanera del Pueblo”, la presidenta Claudia Sheinbaum ofreció una explicación que, lejos de aclarar las causas de la crisis económica en Sinaloa, ha generado indignación y escepticismo entre la población.
Según la mandataria, la principal razón detrás de la pérdida de empleos en el estado no es la violencia desbordada ni los conflictos entre grupos criminales que mantienen en jaque a municipios enteros, sino la sequía que afecta al sector agrícola.
Aunque el cambio climático y la falta de recursos hídricos son problemas reales y urgentes, reducir la compleja situación de Sinaloa a un solo factor parece, cuando menos, una simplificación cómoda que ignora la realidad que viven miles de familias.
Señora presidenta, si realmente quiere entender lo que ocurre en Sinaloa, debería dar una vuelta por las colonias y sindicaturas de Culiacán.
Debería caminar por el centro de la ciudad, donde cientos de negocios permanecen con las cortinas metálicas cerradas, no porque falte agua para regar los cultivos, sino porque la violencia ha hecho inviable la operación diaria.
Negocios grandes y pequeños han tenido que clausurar sus puertas debido a extorsiones, amenazas y ajustes de cuentas entre cárteles.
La inseguridad no solo ha arrebatado más de 2,000 vidas en Culiacán este año —dejando otros tantos hogares enlutados—, sino que también ha paralizado la economía local.
Decir que la sequía es la principal causa de la pérdida de empleos no solo ofende la inteligencia del pueblo, sino que desdibuja la verdadera dimensión de la tragedia que enfrenta la entidad.
Ya basta de echar culpas a fantasmas del pasado. Felipe Calderón, quien terminó su sexenio hace ya 13 años, sigue siendo señalado como el responsable de cualquier problema que enfrenta el país, como si fuera un meme político perpetuo.
Pero señora presidenta, usted no fue elegida para seguir culpando a administraciones anteriores, sino para gobernar con total autonomía y liderazgo.
El pueblo mexicano, incluidos los más de 35 millones de votantes que confiaron en usted, espera soluciones concretas y transformadoras, no discursos que repiten los mismos lugares comunes de su antecesor, el expresidente López Obrador.
Si de verdad desea marcar una nueva etapa, comience por liberarse de ese lastre ideológico y asuma el control absoluto de su gobierno. Gobernar es escuchar, actuar y tomar decisiones difíciles, no buscar excusas convenientes.
Culiacán no necesita más diagnósticos simplistas ni narrativas descontextualizadas. Necesita acciones contundentes que aborden la violencia y reactiven la economía local.
La gente está cansada de promesas vacías y discursos que minimizan su dolor. Si la presidenta Sheinbaum pretende ser recordada como una líder que transformó al país, debe empezar por reconocer la realidad tal cual es: la violencia, no la sequía, es el principal flagelo que azota a Sinaloa.
Ya basta de ofender la inteligencia del pueblo con respuestas que evaden la responsabilidad. Es hora de gobernar con honestidad y valentía.