Las autoridades de La Habana elevaron a 25 el número de muertos en la fuerte explosión que se produjo la víspera en un hotel de lujo en el centro de la capital cubana.
En una entrevista en la Televisión Cubana (TVC), el coordinador del Gobierno de La Habana, Orestes Llanes Mestre, indicó que durante la noche se habían recuperado tres cuerpos más a los 22 hasta ahora localizados.
El Ministerio español de Exteriores anunció por su parte que entre los fallecidos se encuentra una ciudadana española. Las autoridades cubanas, por el momento, no han proporcionado información sobre los muertos.
Llanes no ofreció nueva información sobre los heridos, que en el último recuento, del día previo, eran 64 personas, con 50 adultos (18 graves y críticos) y 14 menores (tres críticos y dos graves).
Durante toda la noche han proseguido en el lugar del siniestro las labores de limpieza y rescate, entre fuertes medidas de seguridad, ante el riesgo de nuevos desprendimientos.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, que visitó el lugar poco después del siniestro, subrayó que se trató de un “lamentable accidente” y descartó totalmente que fuese una “bomba” o un “atentado”.
El suceso se produjo minutos antes de las 11 de la mañana, cuando un camión cisterna de gas licuado servía un depósito del hotel. La tesis más probable es que la explosión se debiese a una fuga.
La explosión hizo que colapsase una sección del edificio -de siete alturas- y que se desprendiese la fachada de los tres primeros pisos, provocando una lluvia de escombro sobre la acera.
La explosión provocó una gran columna de humo blanco, que fue visible en gran parte de la capital.
Al lugar de los hechos acudieron rápidamente bomberos, agentes de policía y equipos de emergencias, que trasladaron a los afectados a varios centros hospitalarios. Un colegio cercano fue evacuado.
Un grupo de especialistas comenzó entonces a desescombrar la zona en busca de posibles víctimas atrapadas en el edificio, tareas que se prolongaron hasta la noche.
De forma paralela se levantó con una grúa y entre grandes precauciones el camión cisterna accidentado, que tenía aún gas licuado altamente inflamable en su interior, y se depositó en un camión de grandes dimensiones para su traslado.
En los próximos días se tendrá que realizar una inspección técnica al edificio, para decidir si puede restaurarse o si los daños estructurales aconsejan su derribo.
(Con información de López Dóriga Digital)