Cafe Negro Portal Las Noticias de Sinaloa y el Mundo
Por Irene Medrano Villanueva
Cuando nace un animal en el Zoológico de Culiacán, se anuncia con bombo y platillo, y hasta se organizan festejos. Sin embargo, cuando muere, los hechos se ocultan, como si estos seres vivos no merecieran un adiós digno. En lugar de acompañar a la ciudadanía en el duelo, las autoridades parecen actuar como buitres, devorando la información sin compartirla.
¿Dónde están los defensores de animales? En el Zoológico de Culiacán habitan más de 600 animales de 160 especies, pero muchos simplemente “desaparecen” sin que la sociedad se entere. A pesar de que se rescatan ejemplares del tráfico ilegal y se cuidan hasta que puedan regresar a su hábitat, nadie sabe cuándo o cómo se van.
La reciente “desaparición” de una jirafa desató una ola de memes y especulaciones en redes sociales. Días después, las autoridades confirmaron su muerte, argumentando causas naturales. Según rumores en redes, eran tres las jirafas que habitaban el zoológico, pero ahora solo queda una. También se habla de la muerte de un hipopótamo, información que tampoco fue divulgada.
Hace poco más de un año, otra jirafa fue trasladada del Parque Constitución al Zoológico de Ciudad Juárez en condiciones deplorables: más de 15 horas de viaje en un camión desvencijado. La falta de claridad sobre esta transferencia generó indignación, y la situación empeoró cuando los ciudadanos de Ciudad Juárez protestaron por las condiciones extremas del clima, lo que llevó a donar al animal, conocido como Benito, al Africam Safari en Puebla, donde ahora vive en mejores condiciones.
La historia de Benito no es la única que deja dudas. La jirafa Yaya, nacida en marzo de 2014, murió a los once meses, aunque su deceso fue anunciado tres meses después. En aquel entonces, el director del Zoológico, Diego García Heredia, justificó el retraso diciendo que no querían dar “ese tipo de noticias al público”.
El caso más reciente involucra a una jirafa nacida el 13 de enero de 2021, cuyo destino es incierto. Tras la especulación de su desaparición, el Zoológico emitió un comunicado afirmando que murió el pasado 15 de septiembre por causas naturales, según una necropsia realizada por veterinarios. Sin embargo, no se presentaron pruebas como la necropsia, un acta de defunción, o detalles sobre su entierro o cremación.
“El Zoológico de Culiacán siempre ha tratado a sus animales con el máximo respeto y seriedad que conlleva su cuidado, protección y preservación”, señaló el comunicado oficial. Pero estas declaraciones no han calmado las inquietudes de los ciudadanos, quienes exigen respuestas claras: ¿Dónde está la jirafa? Si murió, ¿dónde fue enterrada o cómo fue cremada? Un animal de este tamaño, que puede pesar más de 1,200 kilos y medir hasta cinco metros, no desaparece sin dejar rastro.
Ahí se las dejo…
