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Tras varios meses alejada de los reflectores, Yolanda Andrade reapareció en el programa Montse & Joe, donde compartió con profunda honestidad el dolor físico y emocional que ha enfrentado debido a las enfermedades degenerativas que la aquejan. Acompañada por su inseparable amiga Montserrat Oliver y en presencia de Lucía Méndez y Juan José Origel, la conductora abrió su corazón y habló como nunca antes sobre el impacto que ha tenido su padecimiento en su cuerpo, su mente y su identidad.
Yolanda ha sido diagnosticada con al menos dos enfermedades degenerativas, además de haber enfrentado un aneurisma cerebral en años recientes. Aunque no ha revelado públicamente el nombre específico de sus padecimientos, sí ha compartido que su condición podría limitar su movilidad y capacidad de hablar en un futuro cercano. En su regreso al foro de Unicable, la conductora se mostró vulnerable, pero también agradecida por el apoyo que ha recibido.
“Es una depresión absoluta porque no puedes hacer mucho, no te reconoces. Porque yo, mi voz y cómo hablo, siento que yo no lo había escuchado. Pero cuando yo me oigo digo: no soy yo. Cuando yo veo videos de antes, me da mucho sentimiento. Y parece que es otra persona, pero soy yo, atrapada en otro cuerpo. Como que el estuche se me cansó.”
Durante la emisión, Yolanda explicó que ha encontrado consuelo al hablar con otras personas que viven con enfermedades similares, comparando esa experiencia con una terapia grupal. También destacó el papel fundamental que han jugado sus seres queridos en este proceso.
“Yo sé, yo tengo mucha fe y agradezco a toda la gente que ora por mí. Y es algo mágico porque la gente me dice: ‘mi mamá reza por ti’ o algo así. Y mi familia ahí está, mi hermana presente siempre. El Rolando, mi mamá, mis hermanos. Pero esto que tengo es una enfermedad que ya he platicado con otras personas que la tienen y eso me hace sentir comprendida.”
A pesar del dolor, Yolanda insiste en mantener una actitud positiva, aunque reconoce que el cuerpo no siempre responde al esfuerzo emocional. Su mente, dice, sigue lúcida, y eso mismo le genera miedo: sentirse atrapada en un cuerpo que ya no le pertenece.
“No quiero ser negativa, soy positiva, le echo ganas como dicen. Pero créanme que una persona enferma pues obviamente le echa ganas, pero el cuerpo no responde. Y mi mente, mi mente está al tiro, y eso es lo que te asusta más. Porque dices: no soy yo, ¿qué pasa?”
Finalmente, hizo un llamado a la empatía, especialmente hacia quienes cuidan a personas enfermas, recordando que el dolor físico puede llevar a momentos de irritabilidad, aislamiento y desesperanza.
“Tengan paciencia sus familiares, porque a veces uno se fastidia y se pone grosero. Y a veces no puedes comer, o a veces tal y tal. No sabes, ya quieres que se haga de noche para que amanezca, pero de todas maneras da igual, estás igual inmóvil en una cama.”
Con esta emotiva participación, Yolanda Andrade no solo volvió a la televisión, sino que ofreció un testimonio valiente que visibiliza el sufrimiento silencioso de quienes enfrentan enfermedades crónicas. Su voz, aunque quebrada, sigue siendo un faro de fortaleza y autenticidad.
