Culiacán, Sinaloa. – La noche del pasado sábado la violencia arrebató la vida de Jesamel Rodríguez Zazueta, maestra de 35 años que este lunes debía estar celebrando su cumpleaños junto a su esposo y sus dos pequeños hijos.
En lugar de festejo, su familia y colegas vivieron el luto y la indignación por un asesinato que cimbró a la comunidad educativa de Sinaloa.
El padre de la víctima, José Rodríguez Lozoya, habló con serenidad y fe: “Queremos vivir como vivíamos antes, en paz, entre hermanos… Yo estoy convencido de que va a haber paz”.
Desde la funeraria San Martín, donde sus restos fueron velados, partió una marcha que avanzó hasta Palacio de Gobierno.
Decenas de maestros caminaron con pancartas que decían: “Basta de sangre inocente en nuestras calles”, “Proteger a los maestros es proteger el futuro” y “No fue un daño colateral, fue una vida arrancada”.
Jesamel viajaba con su esposo y sus dos hijos cuando hombres armados dispararon en el puerto de Nuevo Altata.