Erika Buenfil sorprendió al retomar anécdotas de su vida sentimental en los años ochenta, una etapa en la que, además de consolidarse como una de las figuras juveniles más sólidas de Televisa, vivió experiencias personales tan intensas como inesperadas. La actriz reveló que durante esa década descubrió que su entonces novio, Óscar Athié, mantenía una relación paralela con la cantante Yuri, conformando un triángulo amoroso que salió a la luz de la manera menos pensada.
De acuerdo con Buenfil, la revelación ocurrió gracias a un detalle aparentemente inocente: un dije en forma de corazón partido. “Esta es la historia. Él fue el méndigo. No nosotras. Lo descubrí porque él compró una cadenita con un corazón partido a la mitad y una mitad la tenía yo y la otra Yuri”, relató entre risas, dejando claro que, pese al impacto inicial, hoy lo recuerda sin rencor. La artista incluso se pronunció de forma coloquial sobre la polémica situación: “¡Que hu*vos…!”.
La protagonista de telenovelas agregó que ese episodio pertenece a un pasado muy distante. “Estamos hablando de hace más de 20 años. Nicolás ya tiene 20 y yo había terminado con él antes”, mencionó, subrayando que ha transcurrido suficiente tiempo para mirar la anécdota con humor. En su relato, Buenfil también compartió que nunca hubo tensiones posteriores entre ella y Yuri, pues ambas se concentraron en sus carreras y mantuvieron una relación cordial.
Cuando se le preguntó si años después llegó a hablar sobre ese triángulo amoroso con la intérprete de “Maldita primavera”, Buenfil respondió con naturalidad. “Hombre, ya. No pasa nada. Yo le doy vuelta a la hoja, yo no me clavo. Gran admiradora de Yuri, gran amiga de Yuri. Nada, manita, pues ella qué culpa”, expresó, comentando que nunca responsabilizó a la cantante por lo sucedido.
A la par de estas remembranzas, la actriz también aprovechó para aclarar otro mito que ha circulado durante años: el famoso auto convertible rosa que marcó tendencia en la época y que muchos atribuyeron a un supuesto regalo de un exnovio adinerado. Buenfil desmintió por completo esa versión. “No, es cierto que no mienta. Yo lo compré. Yo compré mi carro con mi trabajo. Todo lo que tengo, mucho o poco, es con mi trabajo. A mí nadie me ha regalado nada”, enfatizó.
La famosa detalló que ella misma eligió el llamativo color del vehículo, un tono que en esa época generó revuelo por lo poco común que resultaba ver un auto rosa en las calles. “Lo mandé pedir rosa. Así es. Muy Barbie. Ahorita no. En aquel entonces se notaba. Ahorita ya es normal, ya traen hasta el pelo rosa y azul y verde”, explicó, señalando el contraste entre la moda de los ochenta y las tendencias actuales.
Finalmente, Buenfil reflexionó sobre cómo ha aprendido a tomar con ligereza los mitos, rumores y episodios del pasado que resurgen con el tiempo. Con la carrera sólida que mantiene y con su hijo Nicolás ya adulto, la estrella mexicana asegura que su vida se mueve hoy desde la madurez y la estabilidad, muy lejos de los escándalos que marcaban la prensa del espectáculo décadas atrás. Con humor y firmeza, dejó claro que su historia personal siempre ha sido escrita por ella misma, tanto en lo sentimental como en lo profesional.
Cafe Negro Portal Las Noticias de Sinaloa y el Mundo