Así planearon y ejecutaron ataque con explosivos en restaurante de Salamanca

Aunque se presume que el operativo no fue ejecutado por expertos, el ataque con explosivos en un restaurante de Salamanca concretó supuestos actos de venganza por adeudos millonarios y los planes detrás, revelaron alcances de criminalidad inédita en Guanajuato, el estado más violento del país.

Hasta el momento, no se ha establecido cuándo comenzó a organizarse el atentado, quién proporcionó el artefacto detonado ni cómo fue conseguido. La fiscalía del estado aseguró que se trataba de un componente de fabricación artesanal.

En cambio, los agentes de investigación han determinado que el ataque fue planeado por diferencias entre particulares, debido al supuesto préstamo de una cantidad millonaria de Georgina “N” y Eduardo “N” para que Mauricio Salvador Romero Morales pudiera constituir el restaurante bar Barra 1604 en Salamanca junto con su socio, Mario Alberto Hernández Cárdenas.

Lo más probable, ha sugerido la Fiscalía de Guanajuato, es que no haya habido un documento formal donde quedara asentada la aportación de los fondos. Al final, ni Georgina ni Eduardo fueron incluidos en la administración del local que fue ubicado en la avenida principal Faja de Oro, esquina con Insurgentes, colonia el Deportivo.

Así fue como el domingo pasado, el gerente y el dueño fueron asesinados por la explosión en las inmediaciones del restaurante que apenas comenzaba en el negocio.

De acuerdo con los datos proporcionados por la Fiscalía de Guanajuato, Georgina y Eduardo comenzaron sus operaciones desde la ciudad de Cortázar, a media hora de Salamanca. No se dijo desde dónde arribaron a ese lugar el día del atentado, pero llegaron a bordo de una camioneta roja, tipo estaquitas, la cual fue estacionada en inmediaciones de la ciudad.

Alrededor de las 17:16 horas del pasado 19 de septiembre, la pareja descendió del vehículo que sería de su propiedad y descargaron la caja de madera que contenía el explosivo. De ahí, Eduardo fue hacia la Central Camionera de Cortázar para pedir un taxi con el cual regresó a la calle 5 de Mayo, donde estaba Georgina. Ambos cargaron el paquete al coche tipo Tsuru color verde y se dirigieron hacia Salamanca en un trayecto de poco más de 30 kilómetros.

Los pasajeros llegaron a la colonia Constituyentes de su destino al filo de las 18:00 horas. Ese punto está 12 kilómetros al sureste del restaurante. Desde ahí, Georgina solicitó el servicio de envío y mediante un “mensaje multimedia contactó a uno de los conductores de reparto por motocicleta.

La mujer cedió la caja con el explosivo y dio instrucciones precisas para su entrega en el restaurante bar Barra 1604, a donde los mensajeros debían preguntar precisamente por el dueño, Mario Alberto Hernández Cárdenas. Ella dijo que se debía tener cuidado con el regalo y pagó por el servicio.

Entre las 19:15 horas, los repartidores llegaron al local y cumplieron las instrucciones al pie de la letra sin saber que cargaban una bomba casera. Pero el primero en salir fue el gerente, Mauricio Salvador Romero Morales, acompañado de otras personas. Todo parecía normal, alguien había enviado un regalo por el cumpleaños del dueño del local, quien celebraba con sus invitados.

Hernández Cárdenas se aproximó a la zona de estacionamiento del restaurante, donde estaban los mensajeros, y abrió la caja de madera. Enseguida ocurrió la detonación a distancia que dejó los cuerpos sin vida de los socios del restaurante, tendidos sobre el asfalto y la calle. Esquirlas y partes humanas volaron alrededor. Cinco personas, incluido el conductor de la moto, resultaron lesionados por el ataque.

La venganza se había concretado. Eduardo y Georgina regresaron en otro taxi a Cortázar. En algún punto de Sarabia tuvieron que tomar un transporte más para llegar al sitio donde habían estacionado la camioneta roja.

Derivado de la recolección de indicios, los peritos en informática de la fiscalía de Guanajuato lograron reactivar el sistema operativo del celular del mensajero que conducía la motocicleta. De esa manera se obtuvo copia de las conversaciones en WhatsApp y más importante, el número desde donde fue solicitado el servicio. El teléfono usado por Georgina había sido dado de alta en Cortázar.

Un equipo de 25 analistas estudiaron paso a paso el trayecto de los vehículos utilizados por los agresores, el cual quedó registrado en más de 600 horas a través de cámaras de videovigilancia. Los taxistas fueron ubicados, proporcionaron su testimonio y, finalmente, se dio con el paradero de Georgina y Eduardo en Cortázar, de donde no son originarios pero habitaban un domicilio.

Antes habían vivido en una casa de Valle de Santiago. Lo que sí fue establecido es que los dos son originarios de Guanajuato. No se tienen datos de sus antecedentes penales ni vínculos con la delincuencia organizada. Tampoco se sabe a través de qué negocios pudieron acceder a cantidades millonarias.

El arresto de la pareja ocurrió alrededor del medio día de este 23 de septiembre, poco más de 72 horas después en que ocurrió el atentado. Diego Sinhue Rodríguez, gobernador de la entidad, adelantó y presumió la captura desde León. Ahora queda que Georgina y Eduardo sean procesados para procurar justicia a las víctimas del evento que, una vez más, conmocionó al estado y al resto del país, al punto del terror.

(Con información de Infobae)

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