“Chevy”, el perrito guía del culichi Manuel, está por jubilarse

Irene Medrano Villanueva

Culiacán, Sinaloa.- Manuel Valdez Valenzuela, que como a todo estudiante le gustaba divertirse, a sus 15 años la vida le sonreía, nunca se imaginó que ese mundo de colores que a diario veía se le iba a tornar oscuro.

Sin embargo, ese episodio quedó atrás ya que con voluntad y apoyo de la familia, hoy es un joven emprendedor que a pesar de su ceguera, nada le impide ser un triunfador, a quien se le ve paseando por los pasillos de ciudad universitaria con Chevy, su perro labrador.

La verdadera historia comenzó a los 12 años, cuando un estudio clínico le revela que tiene Leucemia.

“Era muy vago, aunque todavía lo soy, pero nunca me imaginé que a mi edad iba a pasar por una serie de problemas, primero me diagnosticaron leucemia”, recuerda.

Vinieron una serie de tratamientos extenuantes, ya que durante tres años recibió quimioterapia, lo que le ocasionó que a los 15 años por los tratamientos, tuviera desprendimiento de retina.

Todos los intentos médicos fueron en vano, ya que nunca más recuperó la vista.

Recuerda que se volvió rebelde, no aceptaba su discapacidad y no sabía cómo enfrentar otra forma de vida diferente a la que durante doce años había sido tan feliz.

“Era una época de rebeldía, me revelaba porque no podía hacer las cosas sin requerir el apoyo de mi familia, me enojaba sentirme incapacitado. A mis quince años sentía que para mí la vida se había acabado al no poder hacer las cosas por mí mismo”, recuerda.

Dice que vivió años con la incertidumbre de lo que tendría que enfrentarse en un futuro, sin embargo, su familia y su novia le fueron abriendo el panorama, lo impulsaban a luchar, a no dejarse vencer.

“Con mucha paciencia de mi familia, cariño y apoyo, poco a poco fui adquiriendo la serenidad que requería para planear mi futuro”, señala.

Relata que si bien es cierto no fue nada fácil, le empezó a echar ganas, fue al DIF, junto con su familia, a recibir atención psicológica y se capacitó para vivir en la discapacidad.

Así, consciente de sus limitantes, desarrolló más habilidades, se allegó de más recursos para defenderse de la vida y se inscribió en la Unidad Académica de Ciencias de la Nutrición y Gastronomía de la UAS hasta obtener el título de licenciado en nutrición.

“Siempre con la incertidumbre a lo que me iba a enfrentar, pero aquí también tuve el apoyo de la UAS que otorgaban apoyos a estudiantes con discapacidad”

El panorama, pese a su ceguera, se le fue despejando, empezó a sentirse seguro y más cuando el club de Leones le donó a Chevy, su perro guía, el cual, desde hace nueve años, es su amigo inseparable.

ENSEÑANZA Y TRABAJO

“Mi vida empezó a cambiar, ahora todo lo veo en positivo, tengo grandes proyectos, me casé con Pamela, el amor de mi vida, estamos trabajando para tener nuestro primer bebé”, señala.

Manuel ahora es coordinador de accesibilidad e inclusión en el Centro de Apoyo: atención a la diversidad de la Universidad Autónoma de Sinaloa y es maestro de tecnologías adaptadas.

Tiene maestría en dirección en estratégicas de emprendimiento.

También se desempeña en la IP en proyectos personales de emprendimiento, además de ser consultor de accesibilidad.

Al momento de hablar de su círculo más íntimo, dice que está rodeado de mucho afecto familiar, su esposa, su mamá Elsa y su hermana Edwviges, que son las encargadas de elegirle la ropa.

“La discapacidad no me ha impedido ser feliz, estoy felizmente casado, cuando podemos nos escapamos de vacaciones a la playa, nos gusta estar en contacto con la naturaleza”.

Es admirable la tranquilidad y la fuerza de voluntad para vivir que tiene Manuel y lo demuestra con seguridad y actitud al narrar que ama lo que hace y eso le sirve para levantarse cada día porque el mundo que observaba.

“Generalmente me imagino los colores, pero me quedo con el color de los recuerdos… Eso me hace feliz”.

ESTA EN VÍAS DE FORMAR LA ASOCIACIÓN DE CIEGOS DE SINALOA

De lo que si reniega un poco es la falta de sensibilidad que hay en Culiacán para apoyar a los discapacitados visuales, ya que dice que las banquetas están destrozadas, en el centro no se puede transitar porque los establecimientos obstruyen la rúa, además de que algunos negocios ponen música para ofertar su mercancía y el ruido no les permite escuchar los sonidos de los carros, lo que a veces les ocasiona accidentes.

Por ello se ha dado a la tarea de formar la Asociación de Ciegos de Sinaloa, cuyo objetivo será concientizar a los sinaloenses, capacitar a los ciegos y hacerlos visibles porque todavía hay muchos encerrados en sus casas.

Precisa que en Sinaloa hay aproximadamente mil 500 discapacitados visuales a los que se les debe de atender.

“Pretendemos generar condiciones de vida a personas de escasos recursos que no pueden ver para que se puedan desarrollar en la vida cotidiana”, explica.

Dice que por ejemplo sólo hay 38 estudiantes activos en la universidad con discapacidad visual, ya que por falta de apoyos y de recursos no ingresan más, aunque aclara que la institución les ofrece todas las herramientas tecnológicas para sacar adelante una carrera, los estudiantes muchas veces no tienen para comprarse computadora, un celular porque esas son sus principales herramientas para su desarrollo.

Igualmente a veces no tienen para adquirir un bastón que les sirve de guía para desplazarse de manera autónoma por la vía pública.

Llamó a los ingenieros y mecatrónicos a que desarrollen tecnología compatibles a a las personas con discapacidad visual ya que es dependiente de la tecnología porque su desarrollo óptimo se da al dominar los recursos informáticos y tecnológicos.

EL PERRO GUÍA

Manuel detalla que en el 2014 le fue donado su perro de acompañamiento Chevy que tiene nueve años, pero lamenta que en un año más se va a jubilar y tendrá que reemplazarlo por otro.

“Fuimos a Rochester, Míchigan, a prepararnos y en cuatro semanas mi perro labrador y yo éramos grandes amigos, aprendimos a desarrollarnos en todo tipo de entornos”, cuenta.

“Creo que ya no podría vivir sin un perro guía, camino más seguro, me siento acompañado y tengo el valor de caminar en cualquier tipo de banqueta, el vínculo que se llega a tener es increíble, estoy muy apegado a él, ahorita está enfermo de un oído, lo cuido como a cualquier mascota. Le queda un año de servicio y para entonces se quedará en casa, voy a ir por otro porque con un perro guía la gente nos respeta y con el bastón se nos atraviesan, no hay respeto…”, concluyó.

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