Culiacanazo 2.0. Hasta el ruido del pan de Carboneras se esfumó

Irene Medrano Villanueva

Culiacán, Sinaloa (Café Negro Portal).-El tráfago de la ciudad sigue quieto, las colonias populares están sumidas en un profundo silencio, todavía no se escucha el tradicional grito “hay tamales de Carboneras”, que a diario invade las calles.

Los culiacanenses siguen en un letargo profundo a causa del Culiacanazo 2.0 de este jueves negro.

¡Lo que extraño son los gritos de los tamaleros que a diario pasan por la calle!, dice Aurora Estrada, quien señala que su calle, de la colonia Las Vegas, está sumida en un silencio de miedo.

“Es un miedo que se siente, no hay ruido, el jueves negro lo que se escuchaba a veces eran las balaceras, no pasó la venta de agua, de verduras, ni siquiera el gritón del periódico y ese silencio sigue todavía, porque el peligro no ha pasado aunque las autoridades digan otra cosa”, indicó.

Las secuelas que dejó el jueves negro se siguen sintiendo desde el norte hasta el sur de la capital del estado, las autoridades recomiendan transitar con los vidrios de su vehículo abajo, pero la psicosis continúa invadiendo a los culichis, pocos son los que se aventuran salir.

Pese al miedo, los culichis quieren recobrar la confianza, aunque lo hacen con cierto recelo, porque lo que ven por las calles, los vuelve a la realidad: vehículos calcinados, una ciudad semidesierta y un lúgubre silencio.

El centro de la ciudad sigue semiparalizado, negocios cerrados, calles desiertas. Lo que se ve de vez en cuando son patrullas que vigilan la ciudad.

“Me siento rara, como que ando por mientras, mi entender no alcanza a vislumbrar qué nos está pasando, creo que poco a poco estamos perdiendo el asombro, niños con ametralladoras asustando a la gente, yo lo viví, nadie me lo contó. Un muchachito no mayor de 13 años con una ametralladora apuntándole a mi esposo para que le entregara el carro, no sabemos si lo quemaron, si lo usaron para otra cosa, ya lo reportamos, pero la verdad, en ese momento me dolió más ver a un pequeño delincuente con la mirada perdida”, dijo la señora Angelina Plasencia.

Narra que ella se atrevió a cuestionarlo “mijo que andas haciendo tan chiquito y ya con una arma, tu deberías de estar en la escuela, tus padres saben a lo que te dedicas”, dice
Dice que no hubo respuesta, al contrario, le pidió a sus compañeros que se llevaran el vehículo, no les importó que lleváramos un tanque de oxígeno, le explicamos que era para mi mamá que lo necesita siempre.

“Su respuesta fue una mirada hermética, perdida, sin sentimientos, no pudimos sacar el tanque, por eso nos atrevimos a salir, por la salud de mi madre, tuvimos que comprar un tanque y llenarlo, no tienen sentimientos, por eso, digo que no puedo digerir lo que nos está pasando”, dijo.

La señora Plasencia mientras busca junto con su esposo un camión que los lleve a su hogar, ya que acudieron a la USE a reportar l robo de su vehículo insiste que se siente confusa, por todo lo que está pasando.

“El jueves reportamos el robo al 911, ahora lo queríamos hacer más formal, por eso acudimos a la USE, pero todo está cerrado, venimos caminando hasta la central a ver si por ahí nos encontramos un camión, ya ve que ahí hay muchas paradas, pero nada, vamos a ver a que horas llegamos a casa”.

Verónica Barraza, asegura que las autoridades mienten de las condiciones en Culiacán son normales.

“No podemos relajarnos, hay que andar con tiento, la situación va a empeorar, Dios nos agarre confesados porque esto se va a poner color de hormiga. Por mucho tiempo no vamos a poder retomar nuestra vida cotidiana, porque normal nunca es porque cuando no hay balaceras, hay inundaciones, es el cuento de nunca acabar, pero creo que necesitamos un poco de calma y que las autoridades sean más sensibles, si no pueden con el paquete, por lo menos que nos digan la verdad de lo que está ocurriendo realmente y para que nosotros podamos protegernos, saber a qué nos enfrentamos”, señaló.

La familia Rubio Castro, está desesperada, desde el jueves quieren retornar a su hogar en Toluca, Estado de México, sin embargo, no han podido conseguir transporte.

“Nos dicen que las corridas del transporte federal están suspendidas, no hemos podido salir, venimos a pasar la navidad con la familia en los Mochis, queríamos retornar a nuestro hogar, para que mis hijos entren a clases el próximo lunes y nos dicen que por lo pronto no hay salidas”, señala Pedro Barrientos.

Dice que tomaron un camión local de los Mochis a Culiacán y ya en la capital del estado, tomarían uno que los llevara directo a su destino, pero quedaron varados en la central camionera y no saben hasta cuándo podrán seguir su camino.

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