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Claudia Barraza
En medio del caos y la incertidumbre que azotan las calles de Culiacán, la reciente ola de secuestros ha sumido a la sociedad en un estado de consternación.
El pasado fin de semana, la ciudad fue testigo de un despiadado ataque contra familias enteras por parte del crimen organizado, marcando un sombrío hito en la escalada de violencia que azota a la región.
Lo que alguna vez fue considerado como un blanco objetivo ahora el crimen organizado actúa de manera diferente, ahora va dejando a las familias en el punto de mira.
En este escenario desolador, la indiferencia gubernamental se vuelve aún más evidente.
A pesar de los cuestionamientos sobre el paradero de las víctimas, las autoridades parecen distantes, ofreciendo respuestas vagas y sin un número claro de los afectados.
La falta de detenidos en estos casos, mientras los criminales continúan sueltos, representa una afrenta a la justicia y un desafío a la autoridad estatal.
El despliegue de un masivo operativo de seguridad, con la participación de cientos de elementos de diversas fuerzas, solo ha dejado en evidencia la fragilidad de nuestras instituciones.
A pesar de los recursos y esfuerzos invertidos, ningún responsable ha sido llevado ante la justicia, dejando a la población vulnerable y desamparada ante la amenaza del crimen organizado.
En medio del silencio ensordecedor que parece haberse apoderado de la ciudad, es imperativo que la sociedad eleve su voz y exija respuestas contundentes de las autoridades.
No podemos permitir que la impunidad se imponga sobre la ley, ni que la violencia se normalice en nuestras calles.
Culiacán y todo Sinaloa merecen vivir en paz y seguridad y es responsabilidad de todos trabajar juntos para hacer realidad ese anhelo.
La democracia y el Estado de derecho están en juego y es hora de que todos tomemos una postura firme en defensa de nuestros derechos y libertades fundamentales.
A pesar de los acontecimientos recientes, las declaraciones del gobernador de Sinaloa que calificaron los sucesos como “cosas que lamentablemente pasan” han generado controversia.
Se informa que el levantón masivo afectó a 66 personas, una noticia que no solo sorprendió a los habitantes de Sinaloa, sino que también trascendió a nivel nacional e internacional, provocando especulaciones y preocupación.
Hasta la fecha no se ha proporcionado una explicación oficial sobre lo sucedido, dejando a la población sin respuestas claras ni garantías de seguridad.
