¿Y el Rocha?

Irene Medrano Villanueva

Cuando las cosas van mal o se complican es mejor afrontarlas con actitud positiva. Eso es lo que se supone deberíamos hacer ante estos días tan convulsos que nos ha tocado vivir en Culiacán, sin embargo, estamos haciendo lo contrario: sembrando la alarma, denostando a las autoridades, ya sean civiles o militares, y en ocasiones, exaltando a los malosos que nos tienen con el alma en un hilo.

Años anteriores, los de la vela perpetua, no sé si todavía siga este grupo religioso, llamaban a los católicos a orar, sacaban el santo de su devoción en procesión, la gente se concentraba en la iglesia más cercana a su hogar y pedían por la paz de su comunidad.

No queremos una comunidad “mocha” que se la pase con el rosario en mano, pero sí queremos una sociedad responsable, respetuosa, amorosa y tolerante para lograr una convivencia sana y así logremos desarrollarnos adecuadamente y vivir en un ambiente fraternal.

Si bien es cierto que hay una gran mayoría de gente incrédula o escéptica que ya no cree, se respeta, lo que no se vale es que se la pasen con el celular en la mano, mandando mensajes, videos que ni son de Culiacán, mucho menos actuales o reales que han pasado en cualquier otro lugar, sembrando terror en cada hogar.

Tal parece que a estos seres humanos los solaza el dolor de los demás, los tik toc, van y vienen con corridos bélicos, lo que altera la paz en la familia, los niños ya no saben qué es bueno o malo, están encerrados, muchos de ellos, viendo programas agresivos, que los estresan y perturban su psique, trastornando su futuro.

Muchos sugieren que le hagamos frente al narco terrorismo porque eso es, hay terror en la casa, en la calle, en la oficina-, haciendo la vida que teníamos antes del 9 de septiembre, demostrando así que no les tenemos miedo.

Otro traguito.- Sin embargo, cómo salir, si no hay garantías para transitar tranquilamente por las calles. De pronto ves cómo secuestran a un pobre muchacho que transitaba en su motocicleta, el asustado chamaco cuyo delito es ser albañil, porque así lo delata su ropa, iba rumbo a su trabajo y unos encapuchados lo levantaron; circulas con desconfianza de que te vayan a quitar tu vehículo.

O bien, te encuentras con un pelotón de soldados o te topas con un convoy de “malandros” y lo único que haces es bajar la velocidad para desprenderte de ellos y no quedar en medio del fuego cruzado entre delincuentes de ambos bandos o entre las fuerzas castrenses contra los delincuentes.

Los que tienen dinero sugieren emigrar a otro país, sin embargo, la mayoría de los rostros de los culiacanenses muestra terror, salen de sus casas con el Jesús en la boca porque no saben si regresarán a su hogar, sanos y salvos.

En los quicios de los hogares se ve a la madre, a la abuela, bendiciendo al hijo que sale a jugársela, porque tiene que trabajar.

En otras familias una veladora encendida, cuyo titilar de su flama da esperanzas de que el hijo desaparecido en estos días aciagos aparezca sano y salvo.

En muchos hogares hay luto, dolor, miedo, impotencia, siempre con el televisor o radio encendido para saber qué es lo que pasa en la calle, los celulares siempre ocupados porque todos quieren estar pendientes si hubo un enfrentamiento en la calle, si la familia está bien o para estar jodiéndole a la vida a los demás con sus tonterías.

Caliente…Caliente.- Con más de 50 muertos, decenas de “levantados” y más de 70 autos robados –datos oficiales-, en más de una decena de días de enfrentamientos entre delincuentes, además de pérdidas millonarias de los comercios, pero como dice José Saramago: la alegría y el dolor no son como el aceite y el agua, sino que coexisten y así es como viven los culichis. Por un lado muestran el temor y por otro se divierten con los memes, el más socorrido: ¿y el Rochaaaa?

El dolor y la impotencia de los sinaloenses buscaron un culpable y a quien agarraron de diversión, se lo merezca o no, es al gobernador, quizá por sus desafortunadas declaraciones, que tal parece que no tiene asesores o no tiene quién le ayude. Ahítiene a sus diputados, “calladitos”, pese a que fueron electos por los sinaloenses que confiaron en ellos, ni un pronunciamiento, ni un apoyo moral, pero “mejor no me ayudes compadre”.

Lo cierto es que agarraron al gobernador de bajada, en la mayoría lo ridiculizan, los memes, algunos dan risa, lo vemos hasta en la sopa. Y a los delincuentes les componen corridos, los exaltan. Así es la condición humana…¿Y el Rocha?